En Extremadura hay actualmente unos 1.200 enfermos del riñón que necesitan un tratamiento renal sustitutivo, es decir, que son sometidos a la hemodiálisis, en un 52,5% de los casos, que han sido objeto de un trasplante (40,7%) o, en menor medida, recibe diálisis peritoneal (6,8%).

Estos datos se desprenden de un estudio elaborado por la Consejería de Sanidad y Consumo sobre la incidencia de esta patología, relativo al año 2006, que cada año afecta a más ciudadanos, con un incremento anual de 150 nuevos casos, aunque según explicó el director general de Gestión del Conomiento y Calidad Sanitarias, José María Vergeles, esto se debe principalmente a que la mejora en la atención permite aumentar los años de vida de los pacientes.

En Extremadura, donde los datos son muy similares a los del resto del país y de Europa, uno de cada diez ciudadanos puede padecer cierto daño renal, aunque solo 13 de cada 100.000 pueden llegar a recibir un tratamiento renal sustitutivo.

Los varones son más susceptibles de ser sometido a uno de estos tratamientos, con una tasa de 16,6 casos por 100.000 habitantes, mientras que en las mujeres se reduce a 10,4 casos.

Aunque la modalidad de tratamiento más habitual es la hemodiálisis, cada vez se utiliza más el transplante, gracias al aumento de donaciones experimentado en los últimos años, que se cifra en un 27% entre los años 2002 y 2006. En la actualidad, según los datos facilitados por la Sociedad Extremeña de Nefrología, actualmente hay unos 250 pacientes en Extremadura a la espera de un riñón.

Por edades, la mayor prevalencia de enfermos sometidos a tratamientos sustitutivos se da en la franja de mayores de 74 años, con una tasa de 47,37 por 100.000 habitantes, seguido por los que están entre esta edad y los 65 años, con 34,42 casos.

Las enfermedades que con mayor frecuencia provocan la insuficiencia renal son la diabetes (14,9%), la glomerulonifritis o inflamación del riñón (14,29%), y las enfermedades de origen vascular (12,9%), si bien un alto porcentaje de los casos, casi uno de cada tres, se produce por causas que se desconocen. Para reducir el número de casos se está apostando por la detección precoz de la enfermedad renal, si bien la principal dificultad se encuentra en que los síntomas de esta patología aparecen cuando la enfermedad está muy avanzada.