Extremadura es una de las comunidades españolas con mayor riesgo de pobreza y exclusión social, que afecta a 100.000 hogares y 289.000 extremeños. De estos, 20.000 hogares y 88.000 personas sufren una exclusión severa. Así lo pone de manifiesto el VII Informe de la Fundación Fomento de Estudios Sociales y Sociología Aplicada (Foessa) y Cáritas, que analiza la situación de todas las regiones.

Este estudio, fruto de un trabajo de cinco años de 90 expertos de 30 universidades del país, analiza más elementos que los que tienen en cuenta la Unión Europea para detallar la situación de las comunidades. Según los 35 factores económicos, laborales y sociales analizados, Extremadura se mantiene como una de las regiones con mayor riesgo de exclusión social pero el incremento de la desigualdad evoluciona de forma más contenida que en conjunto del país. Apenas el 30% de la población extremeña --el 34% en España-- está en una situación de integración plena, es decir, que no tiene carencias.

Estos fueron algunos de los datos que desgranó ayer Guillermo Fernández Maíllo, miembro del Equipo de Estudios de Cáritas Española, que presentó en Cáceres este vasto trabajo junto al director de Cáritas Extremadura, Juan Manuel López y los profesores de la Universidad de Extremadura, Jesús Pérez Mayo y Antonio Jurado, autores de los datos regionales. En total, la muestra extremeña se ha realizado encuestando 650 hogares y a más de 1.700 personas.

LOS FACTORES En general, el índice de exclusión social en Extremadura se sitúa en el 26,2%, esto es, uno de cada cuatro extremeños, motivado principalmente por tres factores: el empleo, la vivienda --en lo que más ha influido la crisis-- y la salud. Sobre el empleo, Fernández destacó que el 27% de los extremeños tiene baja intensidad laboral frente al 18% de España, hay una alta proporción de activos en paro y muchos hogares donde el sustentador principal es desempleado de larga duración.

En cuanto al segundo factor, la vivienda, el responsable de Cáritas apuntó que este es uno de los elementos que más han influido en este índice ya que el pago de la hipoteca o el alquiler más los gastos derivados de su uso son los únicos que las familias no pueden reducir y, dada la situación económica, suponen cada vez un mayor porcentaje de los ingresos. "Hay gente que se quita de comer para pagar los gastos de la vivienda" y 4.000 jóvenes que han tenido que volver al hogar familiar, "lo que significa la ruptura de proyectos vitales".

Otro de los factores influyentes se encuentra en el ámbito de la salud. "Se han incrementado las personas que dejan de tomar un tratamiento médico o de seguir una dieta recomendada por los facultativos por falta de recursos, esto afecta al 11% de los hogares". Los copagos sanitarios y la dependencia, indicó Fernández, están aumentado este problema. La educación y la pérdida de esperanzas en la formación para mejorar la situación son otros campos que influyen en este problema social que se da en mayor medida en familias con niños y jóvenes y en núcleos de población menores de 20.000 habitantes.

LOS APOYOS La supervivencia en estos casos está en manos de las políticas sociales públicas, "que existen aunque se están deteriorando", y sobre todo de las familias, que prestan más apoyo que en el conjunto de España, y las organizaciones sociales, que como Cáritas, aboga por superar estas situaciones de forma colectiva y no individualista. "Porque la exclusión social no es un problema de la crisis económica, sino un modelo de sociedad". La organización recomienda articular una protección social armonizada en todo el Estado y fortalecer los servicios sociales públicos.

En este panorama que refleja el informe "hay elementos para la preocupación pero también para la esperanza porque se habla de la participación social, del voluntariado, de la red de familias que hay detrás. No estamos solos en ese camino que nos queda por andar", subrayó José Manuel López.