Extremadura es la segunda comunidad autónoma, junto a Valencia y después de Navarra, con una mayor tasa de trabajadores a tiempo parcial, según un informe del Centro de Predicción Económica (CEPREDE), que señala que el 14% de los contratados extremeños trabajan a tiempo parcial.

En España, el perfil del trabajador a tiempo parcial es el de una mujer (78,2% con esta jornada), que trabaja en el sector privado (el 78%) en los sectores de actividades de los hogares y organismos extraterritoriales.

Las tasas de trabajo a tiempo parcial en mujeres varía en función de las edades: el 45,9% para las de entre 65 y 69 años; del 64,3% para las mayores de 70; las más jóvenes, de 16 a 19 años, del 48%; y el resto de tramos de edad oscila entre el 20 y el 35%. Por sectores, el privado es el que registra mayor cantidad, con el 78%, mientras que el 22% restante trabaja para el sector público.

En relación con los sectores productivos, el de actividades de los hogares y organismos extraterritoriales fueron los que registraron las tasas de parcialidad más altas tanto para hombres como para mujeres: el 52,2% y el 20% respectivamente. Por el contrario, el sector donde el empleo a tiempo parcial es menor fue el de industrias extractivas (1,2%), construcción (2,4%) y Administración Pública, defensa y seguridad social obligatoria (4,5%).

Por comunidades autónomas, la mayor tasa de trabajadores a tiempo parcial la tiene Navarra, el 30,3% en el caso de las mujeres y el 15,5% para los hombres, y Extremadura y Valencia, con el 14%, mientras que en el lado opuesto se sitúa Madrid, con el 10,6%.

PLAN DE EMPLEO Por otra parte, el director general de Empleo de la Junta de Extremadura, Rafael Pérez Cuadrado, aseguró ayer que la inversión estatal del Plan Integral de Empleo --25 millones de euros anuales-- ha permitido crear o mantener en dos años entre 2.500 y 3.000 puestos de trabajo.

Pérez Cuadrado reconoció que algunas de las medidas de este plan no han funcionado, aunque destacó que ha habido "flexibilidad suficiente" para destinar esos fondos sobrantes a otras líneas de ayudas con más demanda, especialmente a talleres de inserción laboral.