Quienes trabajan a diario con ellos, quienes hacen de cuidadores y responsables (que no es lo mismo que ejercer de padres), aseguran que el peor sitio para que crezcan son los centros de acogida. Lo expresan con esta claridad no porque estos niños y adolescentes no estén bien atendidos, sino porque, a pesar de contar con todos los recursos, les falta algo vital con lo que crecer y de lo que sentirse parte: una familia. En Extremadura hay actualmente 320 menores viviendo en los ocho centros de la Junta (ubicados en Badajoz, Mérida, Olivenza, Villanueva de la Serena, Cáceres, Trujillo, Plasencia y Caminomorisco). Desde la Consejería de Sanidad y Políticas Sociales han iniciado hace unas semanas la campaña Tu hogar al alcance de su mano para lograr que la lista de 17 familias que ya están dadas de alta en el registro de acogida se incremente.

De momento se han recibido 18 peticiones de información de quienes han decidido dar el primer paso (seis han sido a través de la dirección general de Política Social, Infancia y Familia, y las otras 12 a través de Cruz Roja). «Pero en este momento no podemos cifrar el interés real para continuar los trámites de estas solicitudes que ya se están gestionando. Debemos esperar hasta el mes de junio para hacer una valoración más acertada», explican desde Sanidad y Políticas Sociales.

La campaña Tu hogar al alcance de su mano va dirigida a familias potencialmente acogedoras, es decir, personas de entre 30 y 55 años que residan en Extremadura, con una situación económica estable, y con interés y respeto por la situación de los niños, según detalló el consejero José María Vergeles durante la presentación de la misma.

El modelo de acogimiento que se plantea se llama en familia ajena (no existe ningún vínculo sanguíneo con el menor) y las condiciones son distintas a las de una adopción. Los padres de acogida serían responsables del cuidado y la educación (ejercen la guarda), pero la tutela sigue perteneciendo a la Junta de Extremadura. Asimismo, la acogida en el nuevo hogar es de carácter temporal y puede cesar. «Es una alternativa de convivencia para niños y niñas que se encuentran en una situación de privación del cuidado parental con el fin de proporcionales un entorno estable cuando las circunstancias les impiden desarrollar su vida con su familia de origen», explica Vergeles.