Alrededor de 2.500 extremeños perderán este año su vivienda por no poder hacer frente al pago de su hipoteca, según cálculos elaborados por la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (Adicae) a partir de los datos de ejecuciones hipotecarias tramitadas en los juzgados de la región. Esta cifra de desahucios representa bastante más del doble (+142%) de los registrados el año pasado en Extremadura. Y si se toman como referencia los años anteriores a la crisis, el número actual puede ser "hasta diez veces superior", afirma Carlos Arjona, secretario general de Adicae Extremadura, que ayer organizó en Cáceres el III Foro Hipotecario de Extremadura.

Además, conforme a las estimaciones de esta asociación, habría en torno a cien mil extremeños en una situación límite, cercana ya al impago. "Hay que tener en cuenta que solo un pequeño porcentaje de personas acaba llegando al embargo. Casi todos consiguen encontrar un último asidero: ayuda de familiares, un préstamo...", sostiene el presidente regional de Adicae, Fernando Herrero.

Arjona considera que, aunque en algún caso los problemas a la hora de afrontar un préstamo hipotecario se deban a una mala planificación de los presupuestos familiares, en otros muchos han tenido su origen en prácticas abusivas por parte de los bancos y cajas. Entre ellas cita las cláusulas suelo --limitaciones que las entidades financieras incluyen en las escrituras de los préstamos restringiendo las subidas o bajadas de los tipos de interés hasta un tope fijado--. "A veces ni siquiera saben que las han firmado. Así, por mucho que baje el euríbor, ellos siguen pagando lo mismo", dice Arjona, que agrega que refinanciar la deuda se ha convertido para muchos hipotecados en prácticamente una misión imposible: "En cuanto surgen los problemas nadie quiere prestarte ya". "Ahora lo que quieren los bancos son garantías. Ya no les vale que avales con un solo bien, ahora tienes que hacerlo con varios", arguye.

Igualmente, Arjona explica que los problemas pueden no acabar con el desahucio, ya que hay subastas que se están cerrando a "precios ridículos", con lo cual el importe obtenido no alcanza para cubrir la deuda contraída por el usuario, que además se incrementa con "las costas y los intereses de demora". Por este motivo, el deudor puede ver embargados otros bienes. Si es así, "el banco no te va a dejar en paz nunca", dice el secretario general de Adicae, que en estas situaciones recomienda la dación en pago, una fórmula que permite entregar las llaves de la vivienda a cambio de cancelar la deuda.