Unos 200 usuarios de los centros de personas con deterioro cognitivo en Extremadura han participado en el programa de musicoterapia implantado por el Servicio Extremeño de Promoción de la Autonomía y Atención a la Dependencia (Sepad). Así lo dio a conocer ayer la directora general del Sepad, Cristina Herrera, durante su visita al centro El Valle de Montijo, donde recordó que este proyecto se implantó en la región el pasado octubre a modo de experiencia piloto en los centros de alzhéimer de Plasencia y Montijo.

Herrera detalló que este mismo programa llega ya a ocho centros para personas con deterioro cognitivo y a otros ocho centros de personas mayores en la región. Concretamente, está implantado en los centros de deterioro cognitivo Los Pinos y San Francisco en Plasencia, Cervantes y Chanclón en Cáceres, Felipe Trigo en Villanueva de la Serena, El Valle en Montijo, El Prado en Mérida y Rodríguez Ibarra en Villafranca de los Barros. También disponen de este programa los centros de mayores Avenida de la Vera y Puerta Berrozana en Plasencia, Peña del Cura y Plaza Mayor en Cáceres, así como en los centros de Villanueva de la Serena, Villafranca de los Barros y Campomayor en Badajoz.

El objetivo del Gobierno regional es que el proyecto tenga continuidad en el tiempo y que llegue a un mayor número de usuarios dados los "fantásticos resultados" que se están obteniendo. Durante su intervención, Herrera aseguró que con la implantación de este programa Extremadura se convierte en la primera comunidad del país en invertir dinero público en este tipo de "terapias innovadoras".

Para la responsable del Sepad este es un servicio "novedoso" y una prueba de que la el Ejecutivo regional "no solo trabaja por el mantenimiento de los servicios ya implantados, sino que, además, apuesta por la incorporación de nuevas terapias como la musicoterapia". Esta técnica supone la "utilización científica" de la música y de sus elementos por parte de un musicoterapeuta para conseguir distintos objetivos tanto en el ámbito físico como en el cognitivo, social y emocional, a la vez que se trabaja la autonomía y la adaptación de la persona en el entorno.

El musicoterapeuta Manuel Sequera, encargado del proyecto, señaló que a través de la música es posible estimular el cerebro de los pacientes y recuperar en ocasiones facultades perdidas como el habla o la memoria remota.