"La situación ideal es que no haya niños en los centros, lo más conveniente para ellos es vivir en un hogar ", asegura la directora general de Políticas Sociales, Infancia y Familia, Carmen Núñez. Sin embargo, más de la mitad de los menores tutelados por la Junta de Extremadura pasan su infancia y adolescencia en estos edificios en los que, a pesar de que sus cuidadores les intentan hacer sentir como en casa, ellos no experimentan, de verdad, qué significa vivir en familia.

Actualmente, de los 618 niños que están bajo custodia de la Administración regional, 240 residen en uno de los ocho centros de la comunidad (Badajoz, Mérida, Olivenza, Villanueva de la Serena, Cáceres, Trujillo, Plasencia y Caminomorisco) y 96 viven en pisos tutelados.

En cuanto al acogimiento, 267 permanecen con la familia extensiva (abuelos, tíos...). De éstos, 234 se encuentran en situación permanente y 33 son de carácter temporal. En familia ajena (sin vínculos sanguíneos) hay sólo 15: 14 permanentes y uno temporal.

Carmen Núñez subraya que "la principal causa para que los padres biológicos pierdan la tutela en Extremadura es el abandono en el cuidado de los menores".