Durante la primera mitad del 2017 se registraron más de un millar de bajas psiquiátricas en agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional, 26 de ellos destinados en la región, según reconoció el Gobierno central en la respuesta a dos preguntas parlamentarias formuladas por el diputado socialista Miguel Ángel Heredia. El mayor volumen de estas bajas médicas correspondió a la Benemérita, con 716 entre enero y junio, de las que 18 fueron tomadas por agentes destinados en Extremadura (12 en Badajoz y 6 en Cáceres). La cifra nacional representa un aumento del 16% respecto a la contabilizada en el mismo periodo del año anterior, cuando fueron 619 casos.

En noviembre pasado, tras conocer estos datos, Heredia hizo hincapié en el «enorme» incremento que suponían, ya que, según destacó, en una anterior respuesta del Ejecutivo la cifra de bajas hasta el 6 de junio era de 494, por lo que mostró su preocupación por esta situación y avanzó que plantearía diferentes iniciativas en el Congreso para que el Gobierno diese cuenta de las razones del elevado número de bajas psicológicas «en apenas unos meses», y por qué se ha incrementado de forma «tan importante» respecto al mismo periodo del año anterior. Igualmente, mostró su interés por saber si el recorte en el número de efectivos de la Benemérita desde que Mariano Rajoy llegó a la Presidencia puede tener algo que ver con «un mayor estrés» de los agentes en el trabajo y, por tanto, explicaría este incremento.

Madrid, con 70, es la provincia que mayor número de bajas psiquiátricas de agentes (un 11,1% más respecto al 2016) acumuló entre enero y junio del 2017, seguida de Las Palmas, con 38 (un 19% más); Baleares, con 35 (un aumento del 9,4%); Sevilla, con 30 (un 15,3% más); y Cádiz, también con una treintena, aunque en su caso desciende ligeramente, un 6%, respecto a igual intervalo del año anterior.

VARIOS FACTORES / Para Julio Parra, secretario de Comunicación de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) de Badajoz, la elevada incidencia de estos problemas psicológicos está vinculada a varios factores como «el estrés, la acumulación de trabajo o la arrogancia del mando». «A nosotros aparte de tener nuestro régimen disciplinario se nos aplica el Código Penal Militar. En el momento en el que tienes una discusión con un superior, te pueden meter en una prisión militar», subraya. Eso, añade, genera «impotencia» al no poder «reaccionar» ante determinadas decisiones. «Yo ahora puedo hablar claramente porque estoy retirado, pero los compañeros no pueden expresarse libremente».

Igualmente, hace hincapié en que «se debería estudiar por qué hay tantos suicidios en la Guardia Civil», «qué está ocurriendo realmente». En este cuerpo, afirma, «hay un suicidio cada 26 días», algo que es un tema «tabú» para la dirección general de este cuerpo. También habría que averiguar, agrega, por qué «siempre» afectan a la parte baja del escalafón jerárquico: «al guardia, al sargento, al cabo...».

El Ministerio del Interior también revela, en otra respuesta parlamentaria al mismo diputado, que, a fecha de junio del 2017, eran 53 los efectivos disponibles en gabinetes psicológicos del Instituto Armado —en la región hay solo uno, en Cáceres—, que cuenta con una plantilla de más de 78.000 agentes, lo que supone una media de un psicólogo por cada cerca de 1.500 agentes, «claramente insuficiente», a juicio de Heredia.

En cuanto a la Policía Nacional, las bajas psicológicas registradas —en este caso, entre enero y julio del año pasado— fueron 288, un 4,7% más de las que se contabilizaron en los mismos siete meses del 2016 (275). De este total, 8 fueron en Extremadura —todas ellas en la provincia de Badajoz—, frente a las cuatro que se habían producido el año anterior. Andalucía y Madrid, con 66 y 60 bajas, respectivamente, fueron las regiones con una mayor incidencia.