Una tonelada de cocaína procedente de Colombia interceptada en la región el pasado mes de marzo; más de 200 kilos de hachís en fardos intervenidos por la Guardia Civil esta misma semana y una plantación de marihuana desmantelada por la Policía Nacional hace unos días en Mérida con más de 1.600 plantas. Son las actuaciones más importante en Extremadura de los distintos cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado contra el tráfico de estupefacientes en las ultimas semanas, llamativas por la dimensión de cada una de ellas.

La operación internacional que permitió desmantelar a al grupo criminal que pretendía introducir la cocaína a través de Extremadura es una de las más relevantes que se ha llevado a cabo en suelo extremeño y aunque pasará a engrosar las estadísticas del Ministerio del Interior sobre aprehensiones, supone casi una excepción en el trabajo que se realiza en la región para acotar el tráfico de estupefacientes. De hecho, en los últimos datos disponibles en Interior, correspondientes al periodo de 2013 a 2016, los distintos cuerpos policiales recuperaron 47 kilos de cocaína a los casi 600 de hachís o de marihuana en ese periodo; o las más de 3.000 plantas de marihuana que retiran cada año de la circulación.

El hachís y la marihuana son las drogas más consumidas y también las que más decomisos acumulan en Extremadura, aunque las fuentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil consultadas por este diario no relacionan directamente el consumo con el volumen de aprehensiones. Sin embargo lo cierto es que a la par que el negocio de la marihuana está creciendo, crecen las operaciones para desmantelar plantaciones y el volumen de las mismas.

incremento/ Los datos de incautaciones del periodo 2013 a 2016, los últimos disponibles en el Ministerio del Interior, recogen un progresivo incremento de las aprehensiones de plantaciones de marihuana. En ese periodo los distintos cuerpos han recuperado 12.936 plantas. En el 2013 se requisaron 3.170 plantas, en 2016 fueron 3.875 y aunque los datos no están aún cerrados, el volumen de las operaciones llevadas a cabo el año pasado hacen prever que se superará esa cifra en la estadística de 2017. Las fuentes consultadas en ambos cuerpos constatan el aumento. En el último año se han llevado a cabo dos de las más más importantes con más de un millar de plantas en cada caso y le desmantelamiento de tres ‘industrias’ de marihuana en plantaciones en naves con más de 1.500 ejemplares en dos casos. Además se han incautado de decenas de plantas en otras actuaciones en campo abierto, con plantas ocultas entre cultivos de distinto tipo.

Crecen las incautaciones y uno de los motivo radica en que estas plantaciones están proliferando al tratarse de una forma relativamente barata de producir, consumir y vender. Un cuarto de estimulación para una plantación de interior (armario y luces) es «asequible de montar», el rendimiento es rápido. El enorme ámbito agrícola de Extremadura facilita además que también puedan pasar desapercibidas 15 o 20 plantas de marihuana en cualquier huerto. «Lo normal es que no se detecten a no ser que se investigue específicamente o que se hagan búsquedas con medios aéreos» destacan en la Policía Nacional. Desde este cuerpo rehusan comentar los recursos que se emplean en las distintas operaciones, pero según ha podido constatar este diario, se emplean incluso drones para detectar la posible presencia de plantaciones ilícitas en el campo.

El incremento de la actividad en algunos casos está contribuyendo además a que se puedan localizar algunas de las más importantes plantaciones; como la industria que se desmanteló en Mérida esta semana con siete detenidos, más de 1.600 plantas y 150 bolsas con cogollos dispuestas para la venta; la que el año pasado requisó un millar de plantas, con tres detenidos también en Mérida; o la llevada a cabo en Badajoz para desmantelar dos plantaciones con más de 1.800 ejemplares y cinco detenidos. Gente mayor, jóvenes, auténticos empresarios de este tipo de sustancias o agricultores con plantaciones de cannabis en medio de otra de maíz; el perfil de los detenidos es variado, según explican Policía Nacional y Guardia Civil.

Junto con la marihuana, el hachís es la otra sustancia que moviliza más operaciones de los distintos cuerpos en la región. Es la droga más consumida, pero en las incautaciones no tiene tanto que ver con eso como con la ubicación geográfica de Extremadura, su proximidad al puerto de Algeciras, que es tradicionalmente el punto de entrada del hachís que procede del Magreb, y la conexión que la A-66 ofrece con el norte atravesando la región.

de paso/ «Parte de la droga tiene como destino Extremadura, pero otra parte significativa transita por la región de camino a otras zonas de destino y venta», advierten fuentes de la Guardia Civil. De hecho es en las autovías de hecho donde se producen buena parte de las incautaciones como la que esta semana recuperó en un control rutinario en la A-66 a la altura de Puebla de Sancho Pérez, 225 kilos de esta sustancia (unas 900.000 dosis) en grandes fardos que transportaban en un coche en dirección a Madrid.

También la ubicación geográfica de Extremadura, pero en este caso su proximidad a los puertos de Portugal, es la circunstancia que explica la macrooperación internacional por la que se ha requisado una tonelada de cocaína, en el entorno de la A-5. Aunque los puertos portugueses no son ahora los más activos, «donde hay un puerto al que pueda llegar un contenedor, puede haber una ruta en el tráfico de estupefacientes», matizan desde la brigada de estupefacientes de la Policía Judicial de Badajoz, donde sitúan a la región como una de las «zonas de paso» (las principales son por Huelva o el norte de Portugal hacia Galicia) de las sustancias que entran en el país vecino.

En cuanto a las detenciones por tráfico de drogas en la región, la estadística de la Secretaría de Estado de Seguridad en el periodo 2013-2016 recoge unos 400 casos cada año.