A pesar de que no es posible saber con exactitud cuántas personas sufren depresión o ansiedad en la región, al menos 142.000 extremeños consumieron algún antidepresivo en el 2005, mientras que otros 200.000 tomaron ansiolíticos. Así lo confirma el subdirector de Salud Mental y Recursos Sociosanitarios del SES, Miguel Simón, quien calcula que estos medicamentos suponen un cargo de más de 20 millones de euros para la sanidad pública extremeña.

El SES --que rebaja ligeramente el costo de estos medicamentos hasta los 19,9 millones de euros-- estima que su financiación equivale al 7% del gasto farmacéutico total, que ascendería a unos 285 millones. La mayor parte de ese desembolso --18,5 millones, según Simón-- corresponde a la financiación de los antidepresivos, ya que aunque se recetan menos, son mucho más caros que los fármacos que combaten la ansiedad o el estrés.

En cuanto a la evolución de su consumo, el subdirector de Salud Mental declara que "en principio, se aprecia una tendencia al alza, que estaría vinculada al aumento de la prevalencia de los trastornos del estado de ánimo en Extremadura, igual que ocurre en el resto del país". En su opinión, este fenómeno también está relacionado con la "normalización" de este tipo de tratamientos, "que antes se consideraban estigmatizantes, mientras que ahora son habituales".

CASI 50.000 DEPRESIONES Si nos centramos en la depresión --considerada por la OMS como primera causa de discapacidad, ya que afecta a unos 121 millones de personas--, el equipo de Salud Mental de la Junta estima que actualmente hay unos 47.000 afectados por esta enfermedad en Extremadura. De ellos, casi tres cuartas partes son mujeres (34.000), mientras que solo la mitad acude a la consulta.

Cuando se recurre al médico, este puede recetar un antidepresivo (algo que hasta hace unos años estaba reservado a los psiquiatras) o bien, en los casos más graves, remitir los pacientes a los Equipos de Salud Mental. De hecho, el 30% de las 110.000 consultas que estos especialistas llevan a cabo cada año están relacionadas con trastornos del estado de ánimo, señala Simón, que sitúa el número de pacientes atendidos en torno a los 30.000.

REPERCUSION SOCIAL Para Simón, el aspecto más impactante de los trastornos del estado de ánimo --"más allá de las cifras sobre el gasto o el elevado número de bajas laborales que supone"-- es su repercusión sobre la sociedad. "Algunos estudios calculan los años de vida útil perdidos por estos problemas y las cifras son escalofriantes", apunta.

Tanto es así que la Consejería de Sanidad presentó recientemente, con motivo del Día de la Salud Mental, un informe sobre el suicidio que alerta de "un leve incremento en las tasas suicidas, tanto en España como en Extremadura, en los últimos años, situándose en torno a 8,2 por cada 100.000 habitantes".

Con objeto de abordar este problema, Sanidad ha elaborado una serie de estrategias de prevención que implican, entre otras actuaciones, reconocer la enfermedad mental como un factor fundamental asociado al suicidio. Entretanto, es difícil predecir cuál será la evolución de este tipo de trastornos.