La protesta de colectivos antitaurinos durante las últimas fiestas en el casco antiguo de Badajoz ha motivado que el presidente vecinal proponga una consulta para decidir si se retira o no lo que a priori se considera una tradición innata en el barrio que suma 34 años. La suelta de tres vaquillas en un coso propio improvisado para estos festejos para que realizaran prácticas de toreo ocho alumnos de la Escuela de Tauromaquia de la Diputación de Badajoz y, posteriormente, saltaran jóvenes voluntarios provocó el rechazo de las asociaciones que tienen claro que en esta práctica existe maltrato animal. El portavoz de los vecinos del Casco Antiguo, José María Soriano, negó en absoluto que así fuera: «Aquí no se le pincha ni golpea, solo se le da unos pases, no hay el menor atisbo de maltrato, al que soy el primero en oponerme», aseguró Soriano. No obstante, anunció que serán los propios habitantes de la zona quienes decidan si las vaquillas en la Alcazaba continúan o no.

Para resolver este tipo de polémicas el Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura aprobó esta semana un decreto que regulará los festejos taurinos populares similares al del casco antiguo pacense para «vigilar que se procede adecuadamente». De este modo, se incluye «la prohibición de herir, pinchar, golpear o tratar de manera cruel a las reses, así como utilizar cualquier tipo de vehículo o instrumento mecánico que pueda ocasionarles lesiones».

PROTECCIÓN / «Pero esta medida no es un primer paso para eliminarlos ni mucho menos, todo lo contrario, es una manera de proteger este tipo de actividades que forman parte de Extremadura», asegura Nieves Esteban, secretaria general de Política Territorial y Administración Local de la Consejería de Medio Ambiente y Rural.

En nuestra comunidad el año pasado se celebraron 552 festejos taurinos populares, los cuales pasarán a estar regulados por este nuevo decreto que contempla una sanción económica de hasta 30.000 euros si los responsables de vigilar (la Policía Local, por ejemplo) consideran que existe maltrato animal.

«Para decidir las multas nos hemos acogido a la normativa estatal, pero con matices. Este tipo de infracciones se considerarán graves, y estarían castigadas con hasta 60.000 euros, pero nosotros hemos decidido rebajarlo a la mitad», explica Esteban.

En realidad este nuevo texto viene a ampliar una normativa ya existente que en el año 2010 estableció la prohibición de atar reses a un punto fijo con cadenas, sogas o de cualquier otra forma para limitar su movimiento, salvo para la retirada del animal a fin de dar por concluido el evento en cuestión.

También se vetaron los festejos que suponían hacer juegos con las reses que desvirtuaran el sentido lúdico de la fiesta, o en los que se emplearan artilugios o burladeros que no fueran populares o tradicionales.

Y más concretamente, quedaron eliminados aquellos que consistían en embolar las defensas de las reses prendiendo fuego al material o sustancia con que se realiza el citado embolado. Y en los que se sujetaban antorchas o elementos similares en los cuernos de los toros.

Ahora también será castigado con sanción económica pinchar o golpear al animal en la suelta popular de vaquillas.