Una treintena de relatos escritos con el corazón y salpicados de anécdotas, alegrías, amarguras y nostalgia recuerdan en primera persona la masiva emigración extremeña a Argentina en los años 20, 30 y 40 del siglo XX. Esas experiencias se recogen en el libro Hijos de la dehesa, nietos de La Pampa , de Francisco Antonio Perna y Máximo Durán, publicado por la Editora Regional de Extremadura.

El libro, prologado por el presidente del Gobierno extremeño, José Antonio Monago, advierte en sus primeras páginas de que nadie espere encontrar "gran calidad literaria" en estos sencillos relatos familiares.

Durán ha explicado que aquellos extremeños que cruzaron el charco antes, durante y después de la guerra civil española, a causa de la pobreza o de sus ideas políticas, procedían de pueblos como Torrejoncillo, Zarza la Mayor o Castilblanco. Primero viajaba el padre, luego lo hacía toda la familia y estos pioneros provocaban un "efecto llamada" que hacía que muchos vecinos de estos pueblos se lanzaran después a la aventura, según Durán.

Gracias a estos relatos, contados por sus protagonistas o sus descendientes, se puede conocer qué razones les obligaron a marchar, cómo era el largo viaje en barco, qué dificultades se encontraban al llegar allí o qué sentimientos tienen ahora ellos y sus descendientes de Extremadura, ha comentado. El libro, fruto de seis años de trabajo, surgió a raíz de un viaje de Durán a Argentina en el que conoció a Perna, primer presidente del Centro Extremeño de Rosario, un argentino con madre y abuelos extremeños. Los autores son por lo tanto hijos de la emigración; los abuelos gallegos de Durán, un periodista madrileño afincado en Extremadura, marcharon también en aquellos años a La Pampa.

PRIMER RELATO Los relatos arrancan con el de Juliana Gómez, de Torrejoncillo, que rememora cómo en septiembre de 1928, con cuatro años, oyó a sus padres comentar que no había otro remedio que emigrar a Salta, donde vivía una tía suya. Sin embargo, su tía, que había hecho dinero con un negocio de panadería y que vivía en un ámbito social privilegiado, sintió vergüenza de la pobreza de su familia y negó a su hermano, al que alejó de su presencia y empleó en las tareas más rudas.