No se trata solamente de varios meses seguidos de fiesta universitaria, como se tiende a generalizar, es abrir la puerta a Europa y aprender cómo se mira al mundo desde otros países y cómo funciona la educación en otros sistemas. Una oportunidad única para romper muros. Esta experiencia, conocida como beca Erasmus, la viven una media de 460 alumnos de la Universidad de Extemadura (Uex) cada año, según los datos que recoge el vicerrectorado de Relaciones Internacionales. De hecho, este curso 442 universitarios de la región ya han cogido su maleta para estudiar en alguna facultad extranjera, y aún quedan por contabilizar los que lo harán en el segundo cuatrimestre.

En cuanto a los destinos más demandados, Portugal --principalmente por la cercanía-- e Italia siguen siendo los preferidos. De los 442 que se acaban de marchar, 177 viajan al país luso y 165 al italiano. Reino Unido recoge a 31, Polonia a 25, Alemania a 10, Francia a 7, Hungría a 6, Irlanda a otros 6, Rumanía a 5, Bélgica a 4, Finlandia a 3, Eslovenia a uno y los Países Bajos a otro.

LOS QUE VIENEN DE OTROS PAÍSES / Pero además de los universitarios extremeños que se marchan, la UEx también acoge cada curso a numerosos alumnos de otros países. Desde 2009 casi 2.000 estudiantes extranjeros han desarrollado estudios en los campus de la región. Este año acaban de llegar 155, de los que 109 se han incorporado en Cáceres, 44 en Badajoz y dos en Mérida.

¿La procedencia? Principalmente de Italia (62) y Francia (35). A estos dos les sigue Alemania (12), Reino Unido (11), Turquía (6), Portugal (6), Polonia (4), República Checa (3), Rumanía (3), Austria (2), Bélgica (2), Bulgaria (2), Países Bajos (2), Grecia (2), Irlanda (1), Eslovaquia (1) y Noruega (1).

Quienes han vivido la experiencia aseguran que la transformación de la vida académica y personal es indiscutible, pero los estudiantes lanzan igualmente una crítica: la beca que se concede para desarrollar la Erasmus es «ridícula». Así lo asegura uno de los estudiantes portavoces de este programa en la Uex, Joaquín Martín de Saavedra, de 26 años, quien se marchará en breve siete meses a Rumanía, en este caso, con una estancia formativa (otras de las opciones de este programa de movilidad europeo). «En mi caso, los cursos sí están subvencionados al cien por cien, pero la media para un estudiante que se va de Erasmus son unos 250 euros al mes. Ni siquiera en Italia, que es de los países más baratos, se puede vivir con ese dinero. Está claro que, o cuentan con apoyo familiar detrás, o tienes que estar un año antes trabajando y ahorrando para poder marcharte», explica.

Martín de Saavedra, que pertenece al Consejo de la Juventud de Extremadura, es de los que cree firmemente en las capacidades de este programa. De hecho, está encaminando su futuro profesional a crear una institución en la comunidad que haga de puerta a Europa.

Desde el vicerrectorado de Relaciones Internacionales manifiestan que para la Uex el programa Erasmus es un «objetivo prioritario». Asimismo recuerdan el doble reconocimiento de la Universidad como ‘Campus de Excelencia Internacional’. «La internacionalización de la educación es símbolo de calidad», aseguran.