Entre el 1 de enero del 2013 y finales de octubre del 2017, casi medio millar de conductores fueron sancionados en la comunidad autónoma más de una vez por manejar un vehículo bajo los efectos del alcohol y/o los psicofármacos, 213 de ellos en la provincia de Cáceres y 282 en la de Badajoz.

Entre las medidas que la Dirección General de Tráfico anunció a inicios del 2018 para poner en marcha a lo largo del presente año está la de un protocolo que posibilite que a los conductores reincidentes por delitos relacionados con el consumo de alcohol y drogas pueda retirárseles el carné de conducir. Según este procedimiento, las autoridades sanitarias certificarán si una persona ha dejado de tener las aptitudes psicofísicas necesarias para conducir, con lo que podrán perder el permiso. Serán las Jefaturas Provinciales las que aplicarán la privación de vigencia. La DGT entiende como reincidencia la de aquellos conductores que tengan dos o más sanciones por delitos de alcohol y/o drogas en un periodo inferior a dos años.

Este procedimiento, que está recogido en el artículo 36 del Reglamento General de conductores, es el mismo que se aplica a personas de avanzada edad o con determinadas enfermedades que les incapaciten para conducir.

La intención, precisa Pedro Ignacio Martínez, jefe provincial de Tráfico en Badajoz, es que «hasta que una persona que está habituada al consumo [de alcohol o drogas] no esté tratada, no pueda reobtener su permiso de conducir una vez que se le haya privado de él por el cauce reglamentario». En este sentido, añade, «se están manteniendo contactos al más alto nivel» con las diferentes consejerías de sanidad «con el objetivo de establecer un protocolo para atender a los reincidentes». No obstante, resalta, «en las novedades normativas nosotros no tenemos la última palabra. La modificación sigue un trámite estrictamente parlamentario».