La intervención de Moraleda tendrá tres ejes. El primero, incidir en que las ayudas al tabaco son las más rentables en términos de empleo (2.200 horas por hectárea frente a las 147 horas de otros cultivos). El segundo, que el cultivo no influye en el consumo, ya que el hábito lo generan las modas. El tercero, que se destine parte de los ingresos fiscales por tabaco (63.000 millones de euros en la UE) a campañas contra el hábito.

El Consejo Económico y Social aprobará a finales de este mes su dictamen. Después corresponderá el turno al Parlamento Europeo. Los dos documentos irán al Consejo de Ministros de Agricultura probablemente a finales de marzo y, en todo caso, antes de mayo (se quiere cerrar la reforma antes de que ingresen los diez nuevos socios), para que este órgano tome la decisión definitiva.