Alrededor de 600 parejas recurrieron el pasado año a algún tratamiento de reproducción asistida para concebir un hijo en el único centro público de la región que permite estas técnicas, el Centro de Reproducción Humana Asistida que el Servicio Extremeño de Salud (SES), ubicado en el Hospital Materno Infantil de Badajoz.

Un centro abierto desde abril del 2005 y que según su responsable, Francisco García Malpartida, era "bastante necesario" en la comunidad a juzgar por su alta demanda, que aumenta en torno al 5% año tras año. Desde que se puso en funcionamiento han tratado a 4.600 personas y recibe anualmente más de 9.000 consultas de todo tipo. "Hay parejas que vienen simplemente a preguntar, otras se quedan embarazadas antes de comenzar algún tratamiento de forma natural y otras que se someten a estos", explica García Malpartida, que se encuentra muy satisfecho con el trabajo que realizan diariamente.

Seis meses a lo sumo es lo que tienen que esperar las 291 parejas que entran en lista de espera cada año en el centro del SES --en la región existen otros dos centros privados que prestan estos servicios, la Clínica González Carreras en Badajoz y la Clínica Norba en Cáceres-- y cumplir un sueño que cada día es inalcanzable para cientos de parejas en todo el país. Las ganas de afrontar la maternidad y paternidad y los problemas que impiden la gestación de forma natural llevan cada año a miles personas a interesarse por estas técnicas e iniciar un tratamiento si fuera el caso. Y es que, es uno de los últimos recursos, que tiene un 35% de probabilidades de éxito.

Las técnicas de inseminación o fecundación in vitro, los ciclos como se denominan, que en clínicas privadas pueden llegar a suponer un coste de entre 100 y 6.000 euros, según un estudio de la Asociación pro Derechos Civiles, Económicos y Sociales (Adeces), son también un aliciente para acudir al centro público extremeño. Si el tratamiento precisara de algún donante, los pacientes deberán comprar en un banco exterior o algunas de las clínicas privadas extremeñas los embriones, ya que la regulación no permite al centro público pagar a los donantes.

La edad de la pareja, un factor "fundamental" según García, cada vez más tardía para concebir un hijo e incluso la angustia a no poder tenerlo de forma natural, sin motivos en muchas ocasiones, están detrás de ese incremento paulatino de visitas a los centros de reproducción asistida. Ya que como bien aseguraba la bióloga y trabajadora del Centro del Reproducción Humana Asistida del SES, Graciela Lozano, hace unos días, "en la actualidad no hay más casos de infertilidad que antes".