A falta de algo menos de un mes para que se cumpla el tiempo previsto de estancia en Extremadura del contingente de temporeros, más de un 70% de los polacos que llegaron para trabajar regularmente en la vendimia y en la aceituna en Tierra de Barros ya se han marchado. Según datos de Coag y de Apag, las dos únicas organizaciones que contrataron polacos, 101 de los 149 extranjeros contratados han regresado a su país y sólo quedan 48. Los que se han marchado se fueron con bajas voluntarias, es decir, no se adaptaron a las exigencias de las labores agrícolas para las que vinieron.

A estas bajas voluntarias hay que unir cinco despidos que según el presidente de Apag, Bibiano Serrano, se han producido por bajo rendimiento, y la baja de un hombre que está ingresado en el hospital Infanta Cristina de Badajoz en coma tras sufrir una paliza en Almendralejo a manos de unos compatriotas suyos y que Cruz Roja repatriará.

Según Coag y Apag, en Tierra de Barros se necesitarían en el 2005 unos 2.500 inmigrantes regulares para la recolección. No obstante, Luis Cortes, secretario regional de Coag, apuntó que "lo ideal será que vengan sólo 900, ya que para más tendríamos problemas de alojamiento". Cortés dijo que este año se ha aprendido que los obreros polacos no deben vivir en grandes grupos y han de ser algo más veteranos.

Por su parte, los sindicatos han criticado el contingente de temporeros. Según Antonio Santiago Crespo, de CCOO, este año se han contratado a 10.000 extremeños en la vendimia y en la aceituna, por los 6.300 contratos del 2003, "por lo que no es necesaria la llegada de mano de obra extranjera, además se ha demostrado que los extranjeros han generado problemas de comportamiento", explicó. Mientras, desde UGT, Juan Ogayar indicó que "los polacos se van por que no tienen trabajo; no tiene ningún sentido que el año próximo se quieran traer más jornaleros extranjeros". Ogayar señaló que el número de peonadas en mano de obra autóctona creció un 35% con respecto al 2003.