Es un indicador vital para la sociedad que sigue mejorando en Extremadura. El abandono educativo temprano, o lo que es lo mismo, el porcentaje de extremeños de entre 18 y 24 años que tiene la ESO y no sigue estudiando, volvió a alcanzar en 2017 un nuevo récord histórico. La tasa se situó al cierre del año pasado en el 19,2%, lo que supone el dato más bajo desde que se registra esta información y más de un punto inferior respecto al 2016.

La tasa extremeña todavía no logra alcanzar la media nacional, pero la distancia es cada vez menor. Durante el año pasado, la media de España fue del 18,3% (ocho puntos más que la media europea), prácticamente un punto menos que la registrada a nivel regional. De esta forma, Extremadura es la séptima comunidad autónoma con la mayor tasa de abandono escolar y continúa lejos de las regiones mejor posicionadas: País Vasco con una tasa del 7% y Cantabria con un 8,9%. Son las dos únicas que registran datos inferiores al 10%. En el lado opuesto están Melilla (27,5%), Baleares (26,5%) y Andalucía (23,5%).

En cualquier caso, Extremadura está evolucionando favorablemente en los últimos años. Basta solo un dato: en el 2012 el abandono afectaba al 32% de los jóvenes extremeños y en solo un lustro ha descendido más de 13 puntos. ¿A qué se debe la notable mejoría? La administración regional lo achaca principalmente a los últimos programas educativos puestos en marcha en los centros, mientras los sindicatos advierten de que la tasa sigue siendo elevada y su reducción tiene más que ver con el cambio de la sociedad tras una crisis económica que disparó el desempleo.

PLANES DE MEJORA / Desde la Consejería de Educación reseñan que es la tasa «más baja de la historia de Extremadura» y la relacionan con las medidas impulsadas en los dos últimos años y medio por su departamento. Entre ellas, destacan la ampliación de horas de los programas de mejora del éxito educativo: Rema, Comunic@, Impulsa y los de mejora del rendimiento y la inclusión educativa del alumnado de los Centros de Atención Educativa Preferente, ampliados desde 2015-2016.

La administración señala también a los programas de refuerzo específicos que se imparten en los institutos y que se ampliaron el curso pasado, tales como el PRAGE, destinado a los alumnos de 4º de ESO, y la ampliación del PMAR, para 2º y 3º de la ESO. «Además, es de destacar la incidencia de las acciones del Proyecto Ítaca, en marcha desde el último trimestre de 2016; este curso se forman 1.300 personas en el programa de competencias clave y en la ESO presencial», apuntan desde la consejería.

NUEVA MENTALIDAD / Sin embargo, aunque los sindicatos valoran ese tipo de programas, que «no dejan de ser un parche», señalan que la rebaja del abandono se debe fundamentalmente a un cambio en la mentalidad de la sociedad. «La crisis y el aumento del paro en sectores como el de la construcción ha hecho que muchos alumnos se mantengan en las aulas; para qué van a dejar de estudiar si fuera no hay ningún atractivo para ellos», precisa Mercedes Barrado, de CSIF. Y en esto, asegura, tiene mucho que ver la motivación de los docentes a sus alumnos para que sigan formándose, la implicación de las familias y también una mayor sensibilización política al respecto. Barrado destaca que la evolución favorable es considerable en los últimos años pero insiste en que «queda mucho por hacer».

Francisco Jiménez, responsable de CCOO, indica en la misma dirección: «La burbuja inmobiliaria sacó a muchos jóvenes de los institutos pero la crisis y el paro les ha hecho retornar y seguir formándose». Apunta que es una tendencia que se viene vislumbrando ya desde hace años y ese retorno, aunque es forzoso, también tiene su parte positiva porque indica que los jóvenes tienen más formación. No obstante, avisa: «ahora vuelven a un sistema educativo que está en crisis: infradotado, con escasa inversión,...». Jiménez señala además que los programas educativos de refuerzo para ayudar a los alumnos son «el parche a una herida que sangra» y que deja empleos precarios para los docentes y no contribuyen a mejorar la calidad.

diversas VARIABLES / «Esos programas de refuerzo de los que habla la consejería pueden ayudar a rebajar el abandono, pero hay más variables que afectan tanto en Extremadura y en España como son las escasas opciones laborales, junto a la cada vez mayor exigencia académica para poder optar a un puesto de trabajo», apunta ANPE. Así, este sindicato aplaude la rebaja del abandono en 2017, «que en buena parte se debe también al sacrificio y profesionalidad de nuestros docentes», y añade que los resultados serían mejores si los centros tuvieran más profesorado para poder ofrecer más apoyos y desdobles y se potenciara la Formación Profesional Básica y Dual.

En su línea, Alfredo Aranda, del sindicato PIDE, considera fundamental trabajar en la atención a la diversidad en el aula, aumentar los desdobles y el profesorado. «Tanto las altas capacidades como los alumnos que tienen capacidades más bajas están abandonados; no hay una estructura para rescatar a estos estudiantes». Y relaciona el concepto del abandono con otro muy ligado, el fracaso escolar, que a su juicio, solo se puede atajar atendiendo correctamente a la diversidad de alumnos que se concentran en un aula y con más inversión educativa. Aranda advierte que la tasa de abandono del 19,2% en la región «continúa siendo alta» y teme que se estabilice en esos valores.