Hablar de abril y de Semana Santa es referirnos a la mayor afluencia de turistas que acuden a Extremadura durante todo el año. En este 2014 estas dos variables vuelven a hacer de nuestros pueblos, ciudades y espacios naturales unos lugares donde el visitante es el rey de la casa. Mesa puesta y mantel quitado y todo en bandeja para el mejor cliente que podamos tener estos días todos los extremeños. Ya durante los días previos a este primer fin de semana se ha podido observar un incremento del número de visitantes que vienen a conocer nuestra amplia y variada oferta cultural y patrimonial. Una afirmación que en ocasiones puede dejar de llamarnos la atención por ser reiterativa en diversos foros o por la costumbre de vivirlo de cerca, pero lo cierto es que las cifras dan fe de esta realidad.

Extremadura cuenta con tres conjuntos Patrimonio de la Humanidad, al que hay que sumar un cuarto como el de Alange incluido en el patrimonio de Mérida. A ello hay que añadir más de 260 Bienes de Interés Cultural entre los que se encuentran 196 monumentos, 33 conjuntos históricos, 19 zonas arqueológicas o 6 sitios históricos entre otros. En el terreno medioambiental, la región cuenta con el Parque Nacional de Monfragüe y su Reserva de la Biosfera como principal estandarte junto al Tajo Internacional o la Sierra de San Pedro, un 33% de áreas protegidas como Zona Zepa, Lic o ENP, 2 parques naturales, 4 parques periurbanos, 4 monumentos naturales, 4 corredores Ecológicos y de Biodiversidad, 132 hectáreas de árboles singulares, más de 60 gargantas o la única playa de agua dulce de España. También deberían formar parte de esta lista valores no cuantificables como la hospitalidad del pueblo extremeño.

Nuestra historia y nuestra evolución económica nos han permitido disponer de una gran oferta que da cabida a los públicos más diversos en procedencia, gustos, aficiones o poder adquisitivo. Sin embargo, el número de visitantes no ayuda aún a desarrollar un sector turístico pujante que arrastre a otros sectores de apoyo que sirven como complemento de las empresas turísticas.

La principal causa de este tímido desarrollo es la enorme estacionalidad del turismo en Extremadura. Los meses de abril y agosto siguen siendo las épocas de más auge por excelencia. Poco o nada ha cambiado esta tendencia en los últimos 30 años. Ni los eventos culturales o naturales de relevancia, ni días festivos en otras comunidades han conseguido estabilizar la llegada de turistas a lo largo de todo el año. Algo que lograremos cuando le digamos al visitante que se está perdiendo todo lo demás.

Ahora el Gobierno regional ha comenzado a desarrollar una línea de trabajo centrada en el turismo gastronómico para paliar esta carencia y dotar al sector de estabilidad aunque la verdadera pata que le falta a este banco sigue siendo la promoción nacional e internacional, que como ya sabemos cuesta mucho dinero. Estar en los mejores escaparates y permanecer a lo largo del tiempo en boca de los grandes turoperadores es la meta que el sector público y el privado deben proponerse como un objetivo común.

LOS FONDOS europeos son la ocasión perfecta para desarrollar un ambicioso plan de promoción y divulgación de la imagen y los recursos de Extremadura. Aunque la publicidad siempre ha estado en manos de publicistas, la realidad es que hoy se necesitan verdaderos profesionales en materia de imagen y tecnologías de la información que impriman un sello innovador a nuestro "producto". Requisitos imprescindibles para acogerse a las ayudas europeas.

Si el presidente José Antonio Monago hablaba de la transversalidad de los proyectos europeos para sacarlos adelante entre varias consejerías, el proyecto de Extremadura como destino turístico es seguramente el reto más transversal, no sólo a nivel de Administración sino a nivel de toda la sociedad extremeña.

El Consejo de Turismo de Extremadura agrupa a 14 áreas tan distintas entre sí como pueden ser urbanismo, acción exterior, educación o consumo. Por ello, el Turismo debe plantearse en la comunidad como el consenso más importante y participativo que nunca antes se haya alcanzado. La propia naturaleza e idiosincrasia de este sector hace que todas y cada una de las piezas de nuestra economía estén ligadas a la máquina del turismo, más activas y generadoras de riqueza cuanto más interconectadas entre sí. Todos los extremeños, antes o después, nos beneficiamos del turista que viene desde Madrid o desde Inglaterra.

Lo cierto es que Extremadura ha recorrido un corto pero intenso camino en materia de infraestructuras de alojamiento. El inicio de la democracia y el período autonómico fue nuestro punto de partida con lo que podemos reconocer la gran evolución experimentada. De hecho en el año 2000 no existía ningún hotel de 5 estrellas. Hoy contamos con 4 y 372 plazas de la máxima categoría.

Aunque la mayor evolución ha sido protagonizada por las casas rurales que de 2000 a 2012 se incrementaron en 279 llegando a los 400 establecimientos. Unos datos que confirman el auge cada vez mayor del turismo rural cuyos viajeros se han multiplicado por 4 en los últimos 10 años y que en 2012 rondaban los 115.000. En la actualidad, Extremadura dispone de 1.200 establecimientos y casi 30.000 plazas entre hoteles y alojamientos rurales.

Un claro indicador de la ruta a seguir por este sector que ha demostrado su apuesta clara creando la infraestuctura turística de alojamientos y ahora espera el turno de la Administración Central para que dote a la región de unas infraestructuras ferroviarias modernas y rápidas. Un sueño que de convertirse en realidad con el tren de altas prestaciones podría relegar a un segundo plano al Aeropuerto de Badajoz (como sucede en otras zonas), el cual esperan los empresarios, se centre en los vuelos internacionales como paso definitivo para conectar Extremadura con España y con el mundo. Un avance cualitativo que mejoraría significativamente las tasas de pernoctación que se sitúan muy por debajo de la media nacional.

Mientras llega ese momento y pensando en los turistas que llegan en coche, que son el 85%, toca pensar en crear la "experiencia Extremadura". Aquellos valores que exige el nuevo turista que busca la intrahistoria de nuestros monumentos y al que le gusta sentirse partícipe, aunque sea por un momento, del día a día de nuestra región. Esa experiencia que Extremadura tiene y que hay que saber traspasar a los cinco sentidos del turista. Todo comenzará con la elaboración de un plan coordinado y bien consensuado entre todas las partes implicadas.

Si pensamos que la película más taquillera de la historia de España, "8 apellidos vascos", es simplemente producto de un buen guión, estamos equivocados. El malagueño Dani Rovira ha logrado lo que un simple anuncio no hubiera logrado nunca, hacer que los que los españoles empaticemos durante mucho tiempo con los vascos y con el País Vasco. El fue y casi se queda a vivir allí, otros muchos seguro que al menos irán una vez. Pues así, todo lo demás. ¿Cuáles son los apellidos de Extremadura?