Casi 29.000 accidentes de trabajo se registraron en total en la región el año pasado, doce de ellos mortales y 230 graves, mientras que alrededor de 13.000 conllevaron baja laboral, según datos del Ministerio de Trabajo. Estos parámetros fueron destacados ayer por el secretario general de UGT-Extremadura, Francisco Capilla, antes de inaugurar una jornada sobre prevención de riesgos laborales.

Tras valorar los avances logrados en la prevención de riesgos laborales en los últimos años, con la creación de los comités de salud laboral en las empresas y la designación de los delegados de prevención, Capilla indicó que aún existe un índice muy alto de siniestralidad laboral.

Estos índices han bajado en la región en los últimos años un 18%, pero Capilla advierte de que esto posiblemente tenga relación con la crisis económica y el aumento del desempleo, por lo que "si se relanza la economía, habría que analizar esa variable".

EMPEORA EN EL 2010 No obstante, el lider de UGT indicó que en lo que va del 2010 ya se han registrado en Extremadura cuatro accidentes laborales mortales, con lo que por el momento se supera ya la media del año pasado.

El secretario de UGT señala además que en el actual contexto de crisis, cuando las empresas se plantean la reducción de sus costes, "aunque no se puede generalizar, no ven muy productiva una inversión en prevención, si bien a medio y largo plazo esta es muy positiva, sobre todo por el coste que tiene para los trabajadores, a veces incluso con su propia vida".

Capilla considera que la temporalidad influye en el aumento de la accidentalidad, "porque hay menos formación", un parámetro que en Extremadura se ve incrementado, ya que los índices de temporalidad se sitúan en el 37%, "por encima de la media nacional, lo que es muy preocupante en estos momentos".

El dirigente sindical aboga también por una mayor inspección en este área y asegura que en los accidentes mortales registrados este año se ha puesto de manifiesto una falta de inspección técnica en la maquinaria.

En el 2009, el sector servicios fue el que registró una mayor siniestralidad, seguido del de la construcción.