Las Administraciones públicas y Air Nostrum no han conseguido frenar la sangría de viajeros que está sufriendo el aeropuerto de Badajoz. Las instalaciones pacenses, las únicas de este tipo en la región, han perdido un 15% de pasajeros en los meses de julio y agosto respecto al mismo periodo del 2010. Y todo a pesar de que la compañía aérea amplió un mes más su oferta de vuelos estivales y amplió la frecuencia de algunos de los mismos.

En total, según los datos de Aena, la empresa que gestiona la mayoría de los aeropuertos públicos españoles, 13.150 viajeros han pasado por las puertas de embarque o llegada de Badajoz en julio y agosto. Son 2.400 usuarios menos que el año anterior pese a que desde el 2 de julio al 5 de septiembre se podía volar a Las Palmas (una vez a la semana), París (dos semanales), Valencia (dos) y Mallorca (tres), además de a Madrid y Barcelona --con conexiones diarias todo el año--. Para Justa Núñez, directora general de Transporte, estos destinos han sido un éxito: "la ocupación media de los vuelos vacacionales ha crecido, del 72% del verano pasado al 77,7 de éste, y ha habido un 19% más de pasajeros". Pero no ha compensado otros factores.

Una de las causas del goteo de pasajeros es la desaparición de algunas de las líneas existentes en ejercicios anteriores. Como explica el nuevo director del aeropuerto, Antonio García Pierre, éste es el caso de los vuelos a Mallorca que ofrecía el año pasado Air Europa, compañía que además utilizaba aeronaves de 140 plazas --frente a las de Air Nostrum, que tienen capacidad para medio centenar de viajeros--. Air Europa no ha volado este verano desde Badajoz y también ha dejado de prestarse un de los dos vuelos diarios que, hasta hace un año, había hacia Barcelona.

"La situación económica se está dejando notar, no solo en Badajoz, si no en la mayoría de los aeropuertos", agrega la directora general de Transportes. Y esta apreciación no solo concierne a los meses estivales. En lo que va de año, el aeropuerto pacense ha perdido casi un 20% de usuarios. Lo mismo ocurre en la mayoría de las instalaciones aéreas dependientes de Aena, exceptuando los grandes aeropuertos (Barajas, El Prat, Girona) y los destinos más turísticos. "La crisis ha hecho que las empresas racionalicen, cuando no reduzcan drásticamente, sus desplazamientos o bien utilicen otros medios de transporte", señala García Pierre en relación a los pasajeros que usan el avión por motivos de negocio.

A todo esto se suman los precios de los billetes. Para Teresa Roca, portavoz de infraestructuras del PP en la Asamblea de Extremadura, "son los más caros del país". "Son prohibitivos", coincide Rubén Galea, vicepresidente de la Asociación Cívica Ciudad de Badajoz, una plataforma constituida hace dos años y que, entre otros propósitos, pretende dinamizar el uso del aeropuerto pacense. Una comparación rápida con instalaciones similares, parece darles la razón: comprar un billete el miércoles para volar el jueves, día 30, de Badajoz a Madrid costaba 338 euros; hacerlo desde Vitoria o León --con tiempos de viaje semejantes-- valía menos de 190.

Roca y Galea coinciden en que es necesario facilitar la entrada de las líneas de bajo coste en el aeropuerto. "Sería el punto de inflexión".