El aeropuerto de Badajoz sufrió el pasado año una caída en picado en cuanto a movimiento de pasajeros, que descendió casi el 8%, rompiendo así una tendencia muy positiva que se había plasmado en los ejercicios del 2000 y el 2001 en incrementos del número de viajeros del 64,6% y 72%, respectivamente. De este modo, la tendencia del primer semestre del año pasado, donde la cifra de pasajeros creció un 13% respecto al mismo periodo del año anterior, comenzó a quebrarse en los meses de verano, y el aeródromo extremeño ya presentó un balance negativo en el periodo enero-agosto, con un número de viajeros de 36.418, esto es, un 2,6% menos que en los primeros ocho meses del 2001.

Este descenso se ha acentuado en las semanas posteriores, y a cierre de octubre, según los datos facilitados por Aena al Congreso, el bajón acumulado era ya del 7,8%, lo que permite aventurar que el aeropuerto pacense cerró el ejercicio con 4.300 pasajeros menos que en el 2001, cuando la cifra superó los 54.300.

EL SEPTIMO PEOR

Estos resultados colocan al aeródromo extremeño como el séptimo de los 42 controlados por Aena que obtuvo peores registros. En este ránking negativo, destacan los casos de Vitoria, Salamanca y La Coruña, que experimentaron descensos del 27%, 23,7% y 21,3%, respectivamente. Después les seguirían los de Gerona (-13%), Melilla (-9,6%) e Ibiza (-8,1%), todos ellos con peores datos que el de Badajoz. En el lado contrario, Murcia incrementó su número de viajeros en un 43% y Alicante en un 5,8%, dentro de una tónica general de estancamiento.

En cuanto a las causas del descenso de pasajeros en la línea aérea que une Badajoz con Madrid, se apunta a dos cuestiones. De un lado, la caída general del sector a raíz de los atentados del 11-S, si bien este efecto ya comenzó a remontarse a medidados del año pasado. Del otro, la política de la compañía Air Nostrum, que gestiona los vuelos desde la espantada de Air Europa en octubre del 2001, y que implantó unos precios un 57% más caros que su antecesora, ya que la idea fue la de apostar por los viajes de negocios, y no por el turismo de fin de semana, que era en lo que se había centrado Air Europa.

Como contrapunto a esta pérdida de viajeros, cabe señalar que el aeródromo extremeño es el que tuvo un mayor incremento en operaciones, situándose en el 222% de subida, al comenzar su actividad dos escuelas de pilotos.