Los agentes de Tráfico de la Guardia Civil aseguran que están recibiendo presiones de sus superiores para que aumenten el número de multas que imponen, cuyo volumen se ha rebajado drásticamente en los últimos meses en Extremadura debido a la "campaña de seguridad vial" --o huelga de bolis caídos -- convocada por la Asociación Unificada de la Guardia Civil (Augc).

La intensidad de la protesta encubierta de los agentes --hay que tener en cuenta que hasta el momento ni los responsables de la Guardia Civil ni la Delegación del Gobierno la han reconocido oficialmente-- no cede un ápice. En los tres primeros meses de la convocatoria oficial de la huelga --marzo, abril y mayo-- los agentes han impuesto 12.214 sanciones, lo que supone un descenso del 42% con respecto a las multas que se registraron en el mismo periodo del año anterior. En total en sólo tres meses los conductores han recibido casi 9.000 sanciones menos, lo que, a su vez, ha supuesto una importante merma de ingresos para la Dirección General de Tráfico (DGT) que puede superar ya los 900.000 euros (150 millones de las antiguas pesetas).

CAMBIO DE ACTITUD Aunque durante dos meses los mandos de la Guardia Civil en la región han querido ignorar esta situación --hasta la fecha ningún responsable de la Benemérita ha querido hacer comentarios al respecto-- parece que algo se está empezando a mover.

Y es que los portavoces de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (que agrupa a la mayoría de los agentes de Tráfico de la comunidad extremeña) denuncian la aparición de las primeras presiones de sus mandos. El motivo, que quieren que impongan más multas "a pesar de que en teoría el principal papel de la Guardia Civil es el auxilio", señalan desde Augc.

Este cambio de actitud de los mandos se estaría produciendo en ambas provincias. En el caso de Badajoz, la asociación de guardias civiles asegura que el capitán jefe del Subsector de Tráfico ya ha amenazado a algunos de los agentes de la zona con una posible pérdida de la especialidad de tráfico si no se incrementa la recaudación a través de más multas. En este sentido, desde Augc apuntan que la visión de los responsables de la Guardia Civil de Tráfico es "que la presencia más la sanción es igual a prevención", algo que ellos no comparten.

VIGILANCIA CONSTANTE Por lo que se refiere al subsector de Tráfico de Cáceres, la situación es, si cabe, aún más complicada. La asociación denuncia que el capitán jefe está obligando a los agentes a utilizar en sus controles un radar que tiene el precinto roto y que, por lo tanto, no está en las condiciones necesarias para desempeñar su labor. A esto se suma, añaden, que el propio capitán estaría utilizando un coche camuflado para "vigilar", vestido de paisano, el desarrollo de las patrullas. Además, Augc indica que "está cometiendo imprudencias y está colocando el vehículo en lugares inadecuados y peligrosos".

Pese a todo la Asociación Unificada de la Guardia Civil tiene previsto seguir adelante con su "campaña de seguridad vial". En ésta campaña, y a través tanto de correos electrónicos como de mensajes de móvil, animan a los agentes a potenciar su papel como informadores y auxiliadores en detrimento de su labor sancionadora. Así, sólo sancionan las faltas más graves y en el resto informan a los conductores de su infracción y de los peligros que supone. Esto seguirá así, afirman, hasta que el Gobierno de Zapatero "cumpla todas sus promesas".