La agresión verbal y la exclusión social son los comportamientos conflictivos más comunes en las aulas extremeñas. Así lo afirmó ayer la coordinadora del Grupo de Investigación e Innovación (GRIE), Isabel Cuadrado, que ha realizado un estudio sobre convivencia escolar en los centros de Educación Secundaria de la región.

Según Cuadrado, dicho estudio muestra que la comunidad "no se encuentra en una situación difícil ni compleja, pero sí preocupante", ya que aunque las manifestaciones violentas "no son graves, no deben admitirse ni obviarse". Así, la coordinadora ha explicado que desde la perspectiva de los testigos --los alumnos que presencian la agresión--, lo más habitual es "insultar a los compañeros o ponerles motes, mezclándolo además con alguna agresión física indirecta --como robar o romper el material escolar-- y en menor medida, directa".

El estudio también demuestra que alrededor del 79% del alumnado "nunca ha tenido miedo a ir a clase, y en torno a un 1% lo ha sentido en tres o cuatro ocasiones". Sin embargo, es imperceptible el porcentaje de alumnos que sienten miedo a ir a clase todos los días y este, generalmente, siempre está relacionado "con no saber hacer los trabajos de grupo o las notas".

Con respecto a los agresores, del estudio se desprende que el porcentaje de maltrato ocasional ronda el 10%, mientras que el acoso --maltrato con alta frecuencia-- se aproxima al 3%. Sin embargo, el mismo informe refleja, según Cuadrado, que "más de la mitad de los alumnos no hacen absolutamente nada cuando ven algún tipo de conducta agresiva a un compañero, aunque tienden a ayudar cuando se trata de un amigo".

Unas agresiones que según los profesores consultados por el estudio, son fruto de la "falta de disciplina del alumnado y de sus malas maneras, así como de la baja autoestima". Por ello, dentro del aula esta es su cuarta preocupación, menos inquietante que los problemas de aprendizaje o la falta de participación familiar.