Las organizaciones agrarias apoyan la inversión en desarrollo rural "siempre que no se nutra de los fondos que hasta ahora estaban destinados a ayudas para agricultores y ganaderos". Así resume Bibiano Serrano, presidente de Apag-Asaja Extremadura, la postura que comparten las principales asociaciones del sector en la región --Asaja, Coag y UPA-UCE, si bien desde esta última apuntan que "las inversiones en el medio rural también benefician a los trabajadores del sector agrario, que son los que mayoritariamente residen en el mismo"-- y, por tanto, su principal crítica al Plan de Desarrollo Rural (PDR), que próximamente aprobará la UE y cuyo contenido adelantó ayer este diario.

Desde la Consejería de Agricultura y Desarrollo Rural, por su parte, rechazan pronunciarse sobre este programa hasta que sea oficialmente aprobado por la Comisión Europea. No obstante, a la hora de abordar esta cuestión fuentes de este departamento aluden a las últimas declaraciones sobre este tema de su máximo responsable, Juan María Vázquez, quien considera que las inversiones en desarrollo rural y en el sector agroganadero son "complementarias". "Consideramos que cualquier política de desarrollo rural tiene su base en el desarrollo del sector primario", aseguran las mismas fuentes.

En cierto modo, UPA-UCE coincide con esta percepción cuando su secretario regional, Ignacio Huertas, indica que "con carácter general, los agricultores y ganaderos somos gente que vive en el mundo rural y, por tanto, nos beneficiamos de los fondos que se destinan a mejorar este medio". Sin embargo, como punto de partida señala que "siempre estamos diciendo, sin buscar ningún tipo de confrontación, que los presupuestos para desarrollo rural no deberían nutrirse solo de fondos agrarios, sino que la UE debería dotarles de un presupuesto específico".

En esta misma línea, aunque con mayor contundencia, se pronuncian el presidente de Asaja y el de Apag-Asaja, Angel García y Bibiano Serrano, respectivamente. Ambos coinciden en definir las medidas en desarrollo rural tomadas hasta ahora en Extremadura como la "política de la farolita", es decir, llenar de farolas avenidas y paseos en los pueblos en vez de realizar inversiones rentables. "Lo único que están consiguiendo es que tengamos pueblos muy bonitos, pero vacíos", critica García. Para evitarlo, Serrano exige que "las políticas de desarrollo rural se dirijan principalmente a la creación de agroindustrias y transformadoras de las producciones agrarias y dejemos de malgastar los fondos como lo hemos hecho en los últimos 20 años".

También el presidente de Coag Extremadura, Juan Moreno, se muestra contrario a que "las ayudas directas de la PAC pasen a ser fondos de desarrollo rural, sino que este ámbito debe tener su propia financiación". Todos los representantes agrarios destacan su apoyo al desarrollo rural, sino que se postulan como agentes que precisamente contribuyen a dicho desarrollo y, para ello, ayuda económica.