Los agricultores afirman que el retraso de la campaña de recolección del tomate --que este año ha sufrido una reducción de cerca de un 36% de la superficie de siembra-- provocará una acumulación de la producción debido a que los cultivos tardíos se recogerán al mismo tiempo que los tempranos, lo que dará lugar a problemas de transporte y abastecimiento.

Así lo ha advertido el presidente de APAG Extremadura Asaja, Bibiano Serrano, quien también explicó que ambas recolecciones coincidirán en el tiempo como consecuencia de las bajas temperaturas registradas al inicio del verano, que ocasionaron enfermedades como el mildiu y la podredumbre en gran parte del tomate temprano por el pedrisco, así como las inundaciones que, igualmente, retrasaron el resto de cultivos.

INTERRUPCION La campaña, que empezó el 16 de julio, tuvo que interrumpirse porque no había volumen suficiente de materias primas para abastecer a las industrias y porque el tomate por esas fechas aún no había alcanzado los requisitos de calidad que se exigen en cuanto al color, viscosidad y madurez.

Pese a ello, con el aumento de las temperaturas la campaña se ha reactivado y se encontrará en pleno funcionamiento hasta la segunda o tercera semana de septiembre. Según el secretario regional de UPA-UCE, Ignacio Huertas, la campaña se desarrolla con normalidad. Además, se espera una producción con "muy buena calidad, de entre 1,1 y 1,2 millones de toneladas", precisó el presidente de COAG, Juan Moreno.

BALANCE DE LA JUNTA Extremadura, según la Junta, encabeza la producción nacional con una previsión para finales de campaña de 1.350.000 toneladas de tomate. A nivel nacional, se espera alcanzar un volumen de producción de 1.700.000 toneladas, de las cuales 150.000 corresponden a Andalucía, otras tantas a la zona de Navarra y unas 50.000 en Murcia.

Aún así, según las organizaciones agrarias la producción será menor que en años anteriores debido, por un lado, a los precios, que no permiten cubrir los costes, y, por otro, a la reducción significativa de la superficie cultivable hasta las 17.000 hectáreas frente a las cerca de 30.000 hectáreas de pasadas temporadas.

Esta disminución, que se traducirá en un aumento de las pérdidas de 1.800 euros por hectárea, según los dirigentes agrarios, se debe a la penalización en un 63% de la ayuda al tomate, que arrastran de años anteriores, lo que, junto al precio, "hace inviable la producción", explicó Moreno.

En la presente campaña operan un total de 16 industrias transformadoras de tomate, trece en la provincia de Badajoz y tres en la de Cáceres, que tienen un volumen de contratación inicial de 1.461.485 toneladas. Las industrias extremeñas absorben la producción de las 18 organizaciones de productores de la región, que producen 1.289.685 toneladas, y además reciben de organizaciones productoras de otras comunidades autónomas y de Portugal.