En Cáceres ahora ando con las hijas y las sobrinas de mis amigos, como pervertido que soy y seguiré siendo. Me dicen: Lobo, papá me ha hablado de ti. No salgo mucho en Cáceres y si lo hago, voy al Belle Epoque, al Corral de las Cigüeñas, al Airbag, al Submarino, no conozco a nadie, pero los chavales me conocen todos. Paso y oigo que dicen: Mira, tío, ahí va el Lobo. La droga es algo que cambia la voluntad humana, pero hay muchas drogas. Recuerdo que el mayor colocón que se cogió el grupo Inlavables fue con una botella de aguardiente de cereza que les regaló el alcalde de Navaconcejo antes de un concierto. Eran las ocho de una tarde de verano y el concierto fue muy malo porque desfasaron muchísimo con los 80 grados del kirsch.