Las altas temperaturas de primavera y verano y la escasez de lluvias afectan ya al viñedo y el olivar, lo que se suma así a las repercusiones negativas que han tenido el calor y la sequía en cultivos como el tomate, según la Coordinadora Agraria-Coag Extremadura.

En el caso de la vid se prevé que las condiciones climatológicas de este año afecten a la producción de uva, mientras que respecto al olivar, el cultivo se queda en la actualidad con muy poca agua en diversas hectáreas, ha manifestado el presidente de esta organización agraria, Juan Moreno.

El sector de la uva estudia cómo afectará la escasez de agua y el calor a la producción, aunque será menor respecto a la campaña pasada, con parcelas que recogerán hasta un 80% menos respecto a 2016. «Aunque en líneas generales habrá reducción de producción, será una cosecha muy desigual», apostilla Moreno.