Esta mítica cafetería de Cáceres lleva funcionando desde el 16 de enero de 1984, y siempre ha pertenecido a la empresa Inversiones Hoteleras Cacereñas. Alfonso es encargado desde hace unos ocho años, y afirma que el local es "un popurrí de todo: desayunos, cenas, meriendas..., aunque lo más típico son las tortitas con nata y chocolate con churros". Como plato salado, lo que más ponen estos camareros es venado estofado y migas extremeñas.

Alfonso afirma que la gente siempre es la misma, y que el secreto del negocio es que "somos muchos camareros, y se puede pedir de todo a cualquier hora". Así, al bar acuden grandes y pequeños. "Los jóvenes suelen venir a desayunar los fines de semana cuando salen de la discoteca, porque saben que aquí pueden pedir lo que quieran: un helado en inverno o un chocolate en verano, dulce o salado".