La Central Nuclear de Almaraz (CNA) ha combinado en el 2004 el récord histórico de producción de energía eléctrica --16.351 millones de kilovatios hora, es decir, cuatro veces el consumo de Extremadura en un año-- con el de menor nivel de radiación registrado por la plantilla en sus 23 años de funcionamiento, según los datos que figuran en el informe anual presentado por la planta. La radiación ni se ve ni se huele pero es el enemigo silencioso de una instalación nuclear, ya que en dosis elevadas puede provocar la muerte.

La dosis media recibida por los trabajadores profesionalmente expuestos --los que trabajan en operación en la central, en las zonas con posibilidad de recibir radiación-- fue de 465,88 milisievert por persona en el 2004. Esta cantidad es la suma de todas las pequeñas dosis de radiación que ha recibido cada trabajador en un año dividido por el número de empleados expuestos.

La cifra es diez veces inferior a la registrada en el 1997 (véase gráfico), un año que supone un antes y un después en el impacto radiológico de la central, según asegura su director, José María Bernaldo de Quirós. El hecho de que el impacto radiológico en los trabajadores se haya reducido tanto no quiere decir que antes de 1997 los niveles superiores a lo permitido por el CSN.

"La Central Nuclear de Almaraz ha operado desde el inicio de su puesta en marcha cumpliendo estrictamente los límites radiológicos impuestos en su permiso de explotación", asegura la planta en su informe anual. También añade que "estos límites, vigentes desde la fecha de entrada en operación de la central, aseguran que no se produzca impacto alguno sobre los trabajadores y la población del entorno".

En una instalación nuclear, los niveles de radiación son mayores cuanto más próximo se está al núcleo del reactor. Una persona que trabaje en las oficinas de la central puede recibir al año la misma radiación que otra que trabaje en cualquier otra empresa. Según Bernaldo de Quirós, las mejoras introducidas en la instrumentación y la incorporación de equipos más perfeccionados es lo que ha permitido a Almaraz reducir la dosis colectiva de sus trabajadores. El Objetivo INPO 2005 , que es un indicador internacional de medición radiológica, sitúa el máximo óptimo en 1.300 milisievert por persona y año.

Tareas del CSN

En España el organismo encargado de constatar que no se rebasan los límites es el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). Para Bernaldo de Quirós, el cambio de los generadores de vapor en 1997 y la reducción de la duración de las recargas de combustible (la sustitución de los elementos de uranio gastados) han sido los factores determinantes para que baje la dosis colectiva. "Si se reduce el tiempo de las paradas y el de exposición, se reducen las dosis", explica el director.

Sin averías

De los 465,88 milisievert por persona del año 2004 recibidos de media por la plantilla de la CNA, el 81% se registró durante el mes que duró la recarga de la Unidad II. El reemplazo del combustible gastado obliga a realizar trabajos en las áreas de mayor radiación. También contribuye a la bajada de las dosis el hecho de que no haya averías y que no sea necesario realizar trabajos delicados en equipos sensibles y que estas tareas se puedan realizar sin intervención directa del hombre sino por medio de máquinas.

El control de la radiación que recibe un trabajador profesionalmente expuesto se realiza mediante dosímetros individuales, que registran la radiación recibida por cada empleado que accede a la zona controlada. La estancia en estas áreas es limitada en el tiempo para no pasar la dosis máxima permitida por la ley.