Los dos reactores de la Central Nuclear de Almaraz se encuentran parados desde el lunes por la noche. Uno por operación rutinaria, la recarga; el otro, por una incidencia, un fallo dentro de la turbina de la Unidad II que ha obligado a detener la producción de energía en la planta.

Según explican desde la central, en torno a las nueve y media de la noche del lunes el reactor de la Unidad II entró en parada automática por un fallo en la turbina. Exactamente se trata de un problema en la excitatriz del alternador, que es el mecanismo que convierte la energía mecánica --procedente del vapor del reactor-- en eléctrica (la excitatriz es la pieza que induce la primera corriente a ese mecanismo).

"Aún no sabemos la causa, pero sospechamos que se debe haber producido un rozamiento en la excitatriz, lo que ha originado un cortocircuito y la activación automática del sistema de seguridad con la parada del reactor", concretaron ayer fuentes de Almaraz.

La planta trabaja ahora en la solución del problema, para lo que se marca un plazo de 48 horas. En principio, la central aprovechará que la Unidad I está en parada por recarga para sustituir la excitatriz de esta unidad por la averiada. De esta forma, contarán con casi 40 días por delante --lo que está previsto que dure la recarga-- para analizar la pieza y las causas de este incidente. "Esperamos que la Unidad II pueda volver a acoplarse a la red a partir del jueves a mediodía", señalaron desde la central.

No es la primera vez que Almaraz sufre esta avería. La Unidad I de la planta ya entró en parada en el 2006 por un hecho similar. Pese a ello y pese a que la instalación está sustituyendo, en la actual parada, el alternador por un nuevo --el de la Unidad II se cambiará en su próxima parada, dentro de un año--, en principio esta pieza no se va a renovar. "Solo está programada su revisión", concretan.

El Consejo de Seguridad Nuclear clasificó ayer este fallo en el nivel cero (sin significación para la seguridad) en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares, que consta de ocho niveles de gravedad (del cero, el más leve, al siete, el más grave). Además, descartó que haya supuesto riesgos para los trabajadores, la población o el medio ambiente.

Este suceso supone que la central permanece totalmente desacoplada de la red, una situación que no se producía desde 1999.