Un repique de campanas junto a una gran quema de fuegos artificiales precedió el encendido de las más de 40 candelas que ayer ardieron en Almendralejo. Las calles, plazas y colegios se llenaron de gente para disfrutar de una fiesta popular como es la de Las Candelas. Esta tradición almendralejense hace que los más jóvenes salgan al campo a recoger los sarmientos de las viñas que han sido podadas por los agricultores. Además, todos los muebles y utensilios que sirven para hacer fuego se trasladan hasta las grandes hogueras que se preparan para este día.

En lo más alto de la candela se queman los malos espíritus, personificados en las pantarujas , o aquellos acontecimientos negativos que han sucedido a lo largo del año. En esta ocasión no faltaba el Prestige o el chapapote. En más de una candela se podía apreciar representado el desastre provocado por el barco hundido en las costas gallegas. En la candela oficial junto a la Plaza de Toros se quemó una bruja de grandes dimensiones, en el colegio José de Espronceda era quemada la bruja Lola. Pero en la mayoría de las hogeras estaba presente la pantaruja .

Esta fiesta, que fue declarada de interés turístico en 1991, ha ido resurgiendo en los últimos años y los vecinos de la localidad viven intensamente este día. La gente sale a la calle, visita las candelas de cada barriada, centro escolar o plaza y degusta los típicos productos de la tierra: chorizo, panceta, pinchos que son elaborados junto a las hogueras. Varios colectivos aprovechan esta fiesta para junto a la candela montar una barra donde sacan dinero para poder desarrollar sus actividades.