Un rápido sondeo permite ver que los alumnos piensan que es una asignatura fácil --"una maría, porque es más de pensar que de empollar"-- y que se queda corta con una hora semanal --"deberían ser dos o tres"--. Además, aseguran que ya conocían contenidos como los referidos a la sexualidad antes de comenzar el curso: "De la calle, de los amigos, de la tele...". Incluso alguno afirma tener una idea clara del conflicto: "El problema es que no quieren respetar a los demás". Y añaden que la materia les sirve para profundizar en los conceptos: "Sabemos lo que es la libertad, pero aquí se concreta más".