El consejero de Obras Públicas y Turismo, Eduardo Alvarado, recalcó ayer que antes de estudiar una posible autovía entre Badajoz y Cáceres, como piden los alcaldes y colectivos empresariales, hay que pensar en la mejora de las carreteras provinciales, terminar la autovías estatales y construir las regionales. Alvarado expresó las prioridades del Gobierno regional en unas jornadas sobre carreteras, en Badajoz.

Añadió que no se pueden absorber "todas las carreteras a la vez", que "hay que actuar conforme a prioridades" y que "cuando sea oportuno, se planteará" dicha autovía, que cifró en un coste de 360 millones de euros.

Alvarado señaló que de nada sirve que la Junta haya invertido 961 millones de euros en carreteras si se desconoce "el futuro de la financiación de la red viaria".

Asimismo, manifestó el consejero que el próximo mes de febrero se iniciarán las obras en tres tramos de las autovías regionales proyectadas por la Junta de Extremadura. En estos momentos, dijo, "estamos en la última fase de la elaboración y supervisión de los proyectos de construcción de esas autovías".

De los tres tramos que comenzarán a ejecutar el mes próximo, el primero de ellos es el de Miajadas-Villanueva-Don Benito, que tendrá una longitud de 22 a 23 kilómetros y que "va a articular todo el conjunto de las Vegas Altas", uniendo además la N-V con estas dos poblaciones y enlazándose en su momento con la autovía hacia Ciudad Real.

Los otros dos tramos se incluyen en la autovía de Navalmoral a Plasencia, que está dividida en dos tramos, hasta el río Tiétar. "En estos dos casos, lo que se va a articular es la unión de la N-V con la futura N-630, y además sirve de articulación para todo el Campo Arañuelo y la comarca de Plasencia", explicó el consejero.