El encarecimiento de la vida la marca el Indice de Precios al Consumo (IPC), y los datos del mes de mayo reflejan que los bolsillos de los ciudadanos cada vez tienen más agujeros . Los precios se incrementaron el pasado mes en Extremadura el 0,6%, una décima menos que la media nacional, fruto sobre todo de la escalada de los costes del transporte. La inflación en lo que va de año se ha situado en el 2,2%, y la variación interanual; es decir, lo que han variado los precios en los últimos doce meses, llega al 4,7%, una décima más que en España. Por provincias, Badajoz sufre en mayo un mayor encarecimiento que Cáceres, con un 0,7% y un 0,6%, respectivamente; situándose la inflación interanual en el 4,8% en Badajoz y el 4,5% en Cáceres.

La razón fundamental de esa subida de precios el pasado mes hay que buscarla en el sector del transporte, el más inflacionista, con unos costes un 2,6% más caros. Los precios se mantuvieron estables solo en bebidas alcohólicas y tabaco, comunicaciones y en enseñanza, y bajaron en medicina (-0,7%) y en vestido y calzado (-0,2%).

Sin embargo, donde mejor se aprecian las dificultades económicas de las familias es en la evolución mensual del IPC. En este sentido, la inflación acumulada durante los cinco primeros meses del año fue más alta en transporte, con un aumento del 5,2%; y en vivienda (5%). Pero, no todo son subidas, los precios en relación con la cultura y el ocio han bajado en lo que va de año el 0,9%; y un medicina, el 0,7%.

Esos mismos sectores se repiten en la evolución anual del IPC en la región. Así, el transporte es el sector en el que más se han incrementado los precios en los últimos doce meses, un 8,3%, seguido de vivienda y alimentos y bebidas no alcohólicas, ambas con un 7,3%; al tiempo que descendió en ocio y cultura (-1,5%), en medicina (-0,3%) y en comunicaciones (-0,1%).

CESTA DE LA COMPRA, AL ALZA Lo cierto es que los problemas económicos de las familias extremeñas se explican con datos como que en los últimos doce meses el precio del pan ha crecido un 10,9%, una docena de huevos vale hoy un 7,7% más que hace un año; el coste de las frutas frescas ha aumentado un 14,3%, el de las hortalizas, un 9,8%; y, sobre todo, la leche se ha encarecido un 22,1% en un año.

Un análisis de lo que han variado los precios en lo que va de año también explica el por qué de esta situación. De enero a mayo (ambos inclusive), el precio de la carne de porcino ha subido un 2,4%; el de las frutas frescas, el 7%; el de las patatas, casi un 10%; y el de las prendas de vestir de niño y bebé, el 11,4%. Por el contrario, la carne de ovino se ha devaluado un 14,7%; la leche un 5,4%; y las prendas de vestir de hombre, un 6%.

Pero, además de los alimentos, el coste de otras cuestiones fundamentales en la vida diaria de los ciudadanos se ha disparado. Es el caso de la calefacción, la luz y el gas, que ahora cuestan un 8,2% más que hace un año; y del transporte, un 7,7% más caro. En el extremo contrario hay pocos productos que se salven de la subida generalizada de precios, entre ellos la patata, cuyo precio ha bajado un 15% en los últimos doce meses; y los medicamentos (2,3%).

LA SITUACION EN ESPAÑA Este panorama se repite en España, donde la inflación subió en mayo un 0,7% y la tasa interanual es del 4,6%, la más alta desde julio del año 1995.

Por comunidades autónomas, la inflación mensual subió en todas ellas, siendo los mayores incrementos los de Navarra, con un aumento del 0,9%, y Aragón, Asturias, Baleares, Castilla-La Mancha, Galicia y La Rioja, todas ellas con un repunte de ocho décimas. En tasa interanual, la mayor subida, con un 5%, la registraron Cantabria y Castilla-La Mancha, seguida de Aragón, Canarias y Castilla y León (todas con un 4,9%), Galicia (4,8%) y Andalucía, Asturias y Extremadura (4,7%).

Las cifras más bajas correspondieron a Madrid, con un 4,3%, y a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, ambas con una subida de precios en los últimos doce meses del 4,2%.