Se bautizó como Ley para la Igualdad Efectiva entre Hombres y Mujeres y, entre otros asuntos, tenía como objetivo dejar por escrito que el cuidado de los hijos es cosa de dos. Esta nueva normativa reconocío por primera vez en 2007 en España el derecho de los padres a disfrutar de un permiso propio e intransferible por el nacimiento, adopción o acogida de un niño. Entonces se establecieron 13 días a cuenta de la Seguridad Social y dos a cargo de la empresa. Pero ya en 2009 el Congreso aprobó un segundo objetivo: ampliar este permiso a cuatro semanas. Y fijó enero de 2011 como fecha de entrada en vigor de esta medida. Pero tanto el Gobierno de Rodríguez Zapatero como el de Mariano Rajoy fueron aplazando año tras año este derecho alegando, sistemáticamente, motivos económicos.

De manera que la baja de paternidad de un mes que se estrenó el pasado mes de enero llega con seis años de retrado, lo que evidencia que la llamada en su momento Ley para la Igualdad Efectiva entre Hombres y Mujeres no está cumpliendo los objetivos previstos.

Habría que recordar que el permiso de paternidad era de dos días en 2007 y que, una década después, solo se ha llegado a las cuatro semanas, cuando desde diversos sectores de la sociedad se pide que éste sea equiparable al de la madre actual (16 semanas).

Esa baja maternal se puede compatir con el padre, ya que se trata de un derecho que pertenece a ambos progenitores y ellos deciden cómo repartirlo. Eso sí, durante las seis primeras semanas es la madre quien debe acogerse al mismo, las otras 10 restantes sí se pueden dividir. No obstante, las cifras dicen que solo el 1,4% de los hombres comparte el permiso por maternidad en la región. REDACCIÓN