Vivir y convivir , así se llama y en eso consiste el programa que en enero pondrán en marcha la Junta de Extremadura, la Fundación Caixa Catalunya y la Universidad de Extremadura, y que pretende que ancianos y estudiantes universitarios puedan hacerse compañía conviviendo en el mismo domicilio. Se trata de que una persona mayor acoja en su domicilio a un joven universitario con el fin de conseguir compañía y una ayuda mensual de 90 euros, mientras que el estudiante recibirá 480 euros y se ahorrará el pago del alquiler.

Esto, que ya es una realidad en 26 ciudades españolas, en las que ha obtenido buenos resultados, comenzará a funcionar en principio en Cáceres y Badajoz, aunque el objetivo es ampliar los lugares y las plazas.

Un ejemplo del éxito del programa es Carlos Fernando Alonso, de 31 años, que lleva en Barcelona desde septiembre del 2003. Como otros estudiantes vivió en residencias, alquiló habitaciones... Pero la dificultad de concentrarse "a causa del ruido" le hizo apuntarse al proyecto, al que ya se han acogido más de 100 jóvenes en la ciudad condal.

Alonso, alumno de doctorado de Administración de Empresas, se ajusta a la perfección al perfil de estudiante serio y amante de la vida tranquila que busca el programa. No le supone ningún problema el horario, ni compartir piso con Francisca Jalencas, una mujer de casi 90 años. "He venido a estudiar, y lo que quería cuando me apunté a esta iniciativa era tener silencio", dice.

La pareja, que lleva junta desde marzo, define la convivencia como cordial. Los problemas surgieron el primer mes, por falta de confianza. "Carlos pedía permiso para todo. Acabé cansándome y le dije que no me preguntara nada más. Ahora ésta es su casa", subraya Jalencas, para quien Alonso ha sido la solución para seguir viviendo en su casa. "Me caí y mis hijos, que viven fuera de Barcelona, no querían que estuviera sola".

La convivencia suele ser de un curso académico y no obliga a ninguno de los dos a hacer tareas del otro. Lo que busca el programa es que se hagan compañía. Los ancianos se suelen apuntar porque tienen miedo a estar solos por las noches y los estudiantes porque anhelan encontrar un techo sin pagar nada. Para asegurar que la pareja puede compartir piso se estudia cada caso con especialistas.

Alonso pasará parte de las fiestas navideñas con Jalencas.