Justicia tiene fichados a casi 3.500 extremeños por asuntos relacionados con los malos tratos y los juzgados de la región han dictado en dos años casi 2.000 medidas de protección para las víctimas de agresiones de género. Una de las principales funciones de las organizaciones de mujeres es la de informar y atender a las víctimas de la violencia de género. Para Angeles Alvarez, responsable de este área en la Fundación Mujeres, el Registro de la Violencia Doméstica ha servido, sobre todo, para concienciar sobre la gravedad del problema.

--Extremadura registra casi cuatro mil fichados por violencia doméstica, la mayoría por maltrato a la mujer, ¿cómo valora este dato?

--Bueno, lo primero que debemos valorar es que el Registro de la Violencia Doméstica sirve para tomar conciencia de la gravedad del problema del maltrato. Las organizaciones de mujeres veníamos denunciando que la incidencia que la violencia de género era mucho más amplia de lo que reflejaban los medios de comunicación y las estadísticas oficiales. Ahora, el registro muestra que esa incidencia es muy grave, porque el número de víctimas es muy elevado. Además, hay que tener en cuenta que ese no es el número de personas que agreden a mujeres, sino que es un valor mínimo, ya que la mayoría de las víctimas ni siquiera denuncian a sus agresores.

--En ese sentido, cabe destacar que la región extremeña no está entre las que más casos presentan, ¿hay menos maltrato o se denuncia menos?

--La verdad es que no me atrevo a hacer valoraciones, porque una de las carencias que tenemos es que el Observatorio Nacional de la Violencia articule cuál es la forma de medir este problema por territorios. Sabemos, por ejemplo, que las mujeres que viven en zonas rurales tienen más dificultades para emprender acciones contra el maltrato, no solo por la presión social sino también por la lejanía de los servicios. Por tanto, hacer valoraciones me parece arriesgado, aunque pienso que se ha hecho un esfuerzo bastante importante en Extremadura, que fue pionera, por ejemplo, en algunos aspectos preventivos en el aula. Es importante que, de todas formas, se produzca en este tipo de territorios --con una elevada dispersión de la población-- el acercamiento de los servicios.

--Lo que sí es cierto es que las cifras que reflejan la violencia doméstica suelen variar poco, a pesar de cada vez hay más información. ¿Por qué?

--Lo que varía poco o incluso va en aumento son las cifras de víctimas mortales. Sin embargo, otro tipo de cifras han variado mucho y, así, en estos momentos estamos hablando de más de 150.000 denuncias a nivel nacional en junio del 2005. O sea, creo que las cosas están cambiando y lo que no debemos hacer es tener en cuenta solo las muertes para medir la evolución de este problema y cómo están incidiendo las medidas que se están poniendo en marcha para atajarlo.

Por mi parte, valoro muy positivamente las denuncias porque estamos hablando de que, hasta junio del 2005, al menos 150.000 mujeres iniciaron los procesos para romper las relaciones violentas. Por eso, creo que las cosas están cambiando, a pesar de que el indicador de los asesinatos continúe al alza.

--¿Cómo cree que evolucionará este fenómeno?

--Pues depende de la inversión que hagamos en prevención, que es la asignatura pendiente. Los primeros esfuerzos se han dirigido fundamentalmente a articular todos los sistemas que tenían que ver con la atención jurídica y, en cambio, aún no se ha puesto en funcionamiento el Plan de Sensibilización Nacional, que es la gran apuesta de futuro. Se trata de conseguir que las personas que van a empezar a tener relaciones de pareja tengan suficientes criterios para detectar a tiempo cuáles pueden ser las relaciones de riesgo.