La celebración de sesión plenaria en Villafranca volvió ayer a estar rodeada por la polémica. El alcalde, Ramón Ropero, tuvo que abandonar el ayuntamiento tras el pleno protegido por antidisturbios de la Guardia Civil entre gritos de seguidores y detractores de su gestión en lo relacionado con la refinería.

Los cinco concejales del PP decidieron anoche no asistir al pleno como medida de protesta por la decisión de Ropero de limitar la asistencia de público al salón de plenos. Los populares criticaron con dureza la decisión de Ropero y pidieron su dimisión.

Durante la sesión plenaria estaba previsto que se debatiera una moción presentada por el PP que instaba a rechazar la construcción de una refinería en la comarca de Tierra de Barros. Al no asistir los populares, este asunto se debatió como propuesta de alcaldía, pero se rechazó. Sí se aprobó una moción del PSOE condenando la agresión a Ropero tras el pleno del día 30 y otra pidiendo a la Delegación del Gobierno que depure responsabilidades entre la Plataforma Refinería No. Mientras, en la puerta del ayuntamiento se concentraban decenas de vecinos coreando gritos a favor y en contra.