THtoy me van a permitir que me aparte del envés frígido de las informaciones, de eso que, paradójicamente, se denomina candente actualidad, para hablarles sólo sobre personas y sensaciones.

No podía dejar pasar la oportunidad de compartir con ustedes la experiencia musical que tuve la fortuna de disfrutar el pasado sábado. Ese día, el grupo folk-bilingüe Acetre expuso sobre las tablas del teatro López de Ayala su 'Homenaje a Cáceres', que hace unas semanas fue presentado en el Gran Teatro de la propia capital cacereña.

Con este espectáculo, Acetre nos traslada, en un viaje sonoro y visual, por la senda de las tradiciones y la música de las comarcas cacereñas, consiguiendo cautivar y seducir con una puesta en escena elegante y límpida.

Desde el fondo hasta el primer plano, todo está ensartado, ligado armónicamente, para crear un ambiente mágico, deslumbrante.

Al fondo, se pueden contemplar las proyecciones de algunas letras e inscripciones alusivas a lo que se interpreta y a su origen, acompañando a un buen puñado de estampas gráficas, de imágenes actuales, que retratan celebraciones festivas tradicionales de distintos rincones de la provincia, y de fotografías del ayer, que trasladan al público a ese Cáceres encantador del que Miguel Angel Muñoz hace un retrato cercano y entrañable en su 'Cáceres todo un placer', cada domingo en las páginas de El Periódico Extremadura.

Al frente, en primer plano, lo principal: las personas, el grupo humano haciendo música. Un sinfín de instrumentos sonando, el timbre de hermosas voces femeninas. Toreras y coplas, perantones y pindongos, alboradas y temas instrumentales. Música y letra.

XTODO PRESENTADOx en uno de los mejores escenarios posibles, en uno cercano y accesible, el de un teatro que, bañado con un juego de tenues y coloreadas luces, pinta un espacio íntimo, que conforta al público y lo adentra en la escena.

Víctor, Antonio, Ana, Clara, Ana, Inés, Paco, Fran y José-Tomás son los hacedores de esta maravilla para los sentidos, las personas que remueven las entrañas del público con la interpretación de una música con alma, con unas raíces que no son anclaje anquilosante sino base de crecimiento y fertilidad.

Acetre consigue con este 'Homenaje a Cáceres' hacer de la tradición, modernidad, y de lo autóctono, comunal, demostrando que la pasión por lo propio no es óbice para el amor por lo que se encuentra más allá de trazos y fronteras imaginarias. Crean, con su música, y quizá sin saberlo, un discurso local abierto al mundo, una suerte de declaración inclusiva y con vocación trascendente. Y esto, queridos lectores, resulta novedoso, reconfortante y muy ilusionante en una época en que el terruño ha dejado de ser patria del alma, rincón de sensaciones y sentimientos, de recuerdos y sueños, para convertirse en motivo de discordia, disputas y desavenencias.