Una vez se cierre definitivamente la mina de Aguablanca, --que actualmente sigue esperando la Declaración de Impacto Ambiental, con el objetivo de continuar su explotación a través de galerías, hasta agotar definitivamente sus recursos--, su regeneración y reutilización para otros fines, «podría ser una prueba piloto de cómo sacar partido a su problemática medioambiental». Así lo ha expresado el alcalde de Monesterio, Antonio Garrote, durante la celebración, en Monesterio de una jornada sobre desarrollo sostenible, a través de un proyecto financiado por la Agencia Extremeña de Cooperación al Desarrollo, a través de la Fundación Ciudadanía.

El alcalde sostiene que este municipio «tiene un compromiso con la economía circular», y puso como ejemplos tangibles del municipio la recogida selectiva de residuos o la depuración de aguas residuales, así como «el potencial que puede suponer para la generación de empleo el diseño de una gestión eficiente de la mina de Aguablanca».

GESTIÓN DE RECURSOS / Juan Antonio Lucas, técnico de la oficina de asesoramiento al emprendimiento verde y de proyectos de conservación de la naturaleza, asegura que este proyecto, que se presenta acompañado de una exposición con paneles informativos, se basa en la idea de que «Extremadura puede basar su economía en la gestión de sus recursos naturales», mediante acciones generadoras de empleo, «nacidas desde la ciudadanía». La actividad se cerró con una charla coloquio sobre el proyecto Extremadura 2030. Además se entregaron entre los asistentes ejemplares de la edición de lectura fácil de los objetivos de desarrollo sostenible.