Badajoz, 51 años Casado y con cinco hijos, era cabo de la Guardia Civil cuando un comando de Eta, en abril de 1982, atacó a una patrulla que vigilaba un cuartel en construcción en Algorta, Bilbao: "Estábamos vigilando, nos ametrallaron y respondí al fuego, otro comando de apoyo lanzó una granada y me dio en la mano. Me atendió la Policía con la mano como un colgajo, pero pedí la continuidad y conseguí estar activo otros 11 años montando en moto".