Solo ocho de cada cien puestos de catedrático de universidad en Extremadura, el escalafón más alto en esta institución académica, están ocupados por mujeres. Una cifra que se incrementa hasta el 26,2% en el caso de las catedráticas de escuela universitaria, según datos aportados por la Oficina para la Igualdad de la Uex relativos al curso académico 2004-05.

Unas cifras que chocan con los resultados académicos logrados por las alumnas. Y es que, 47 de los 67 mejores expedientes en cada una de las titulaciones que imparte la Universidad de Extremadura tienen sello femenino.

El porcentaje de mujeres entre los docentes universitarios en la región solo llega al 36%, frente a un 64% de hombres. Por categorías, el 32,7% de las mujeres tienen el título de doctoras frente al 67,3% de los hombres.

Pero la balanza se sigue inclinando hacia ellas en cuestiones de rendimiento académico cuando la distribución por sexos en el alumnado está más o menos equiparada, 13.561 chicas (el 54%) frente a 11.290 chicos. El 64% de los premios que se otorgaron en el 2004-05 fueron para ellas, una cifra que llega hasta el 66,7% en el caso de los premios extraordinarios de Doctorado.

DOS DE ONCE A pesar de copar los mejores resultados académicos, el panorama que dibujan las cifras en los órganos de poder vuelven a dejar a la mujer en un segundo plano. Solo repasar la composición del equipo de gobierno sirve para ilustrar esta situación. Además del rector, el secretario y el gerente está formado por seis vicerrectores y dos vicerrectoras --dos de once-- "y creo que es el equipo de gobierno que más mujeres tiene en toda la trayectoria de la Uex", dice María José Martín Delgado, vicerrectora de Docencia e Integración Europea.

Además, todos los decanos y directores de escuela de los 17 centros de la Uex son hombres limitándose la presencia femenina en los equipos de gobierno de estos centros al 26,4%.

Estos datos justifican la existencia de la Oficina para la Igualdad de la Uex, creada en marzo del 2004 a iniciativa del vicerrectorado que dirige Martín Delgado. Y aún faltan varios años para que un servicio de estas características deje de tener sentido porque se hayan eliminado las situaciones de desigualdad, "la base está en la educación y eso es un proceso lento", opina la vicerrectora.

La oficina ofrece asesoramiento psicológico y jurídico para casos de discriminación y violencia machista. Un servicio que apenas ha sido utilizado en tres o cuatro ocasiones a lo largo de los últimos dos años "y siempre por problemas surgidos fuera del ámbito universitario", matiza Martín Delgado. "Pero aunque este tipo de situaciones extremas no se suelen producir en esta institución, la universidad no puede obviar que es un problema de la sociedad por lo que también debe trabajar en ofrecer soluciones", indica Martín Delgado.

De hecho, la principal actividad de esta oficina se centra en la organización de cursos y seminarios con los que luchar contra la desigualdad. "Se trata de educar a educadores", señala la vicerrectora. El año pasado se organizaron cinco actividades de estas características en las que participaron unas 200 personas.

Este mes de noviembre el curso de Educación para la Igualdad ya se ha impartido en los campus de Badajoz y Cáceres, introduciendo algunas novedades. Así, este año se ha incluído en el programa una ponencia sobre la homosexualidad, "para que tampoco se discrimine por razones de tendencias sexuales".

Otro punto de actualidad que aborda el curso es un análisis de la Ley de Igualdad, un texto sobre el que María José Martín tiene discrepancias cuando se habla de imponer la paridad. "Lo que no me gusta es que se den puestos porque se impongan cuotas en los consejos de administración de las empresas. Hay que dar facilidades a las mujeres, como un buen servicio de guardería y otras medidas de apoyo que son las que están fallando", concluye.