El arzobispo de Mérida-Badajoz, Santiago García Aracil, aseguró ayer en Badajoz, sobre la posibilidad de que se eliminen las ayudas estatales a la Iglesia, que no hay que olvidar que ésta "nació en tiempos del Imperio Romano, y que por ser cristiano lo enviaban a uno al foso de las fieras o le cortaban el cuello; por eso, una subvención no va a determinar el sendero de la Iglesia y el futuro".

Así valoraba Santiago García Aracil, el plan integral que ha anunciado el Gobierno que preside José Luis Rodríguez Zapatero, y que pretende terminar con los privilegios que actualmente cuenta la Iglesia, analizando su financiación, su papel en la educación pública y las subvenciones que se otorgan.

Ante este plan, el arzobispo de Mérida-Badajoz aseguró que para valorarlo completamente tenía que "leer de modo textual los proyectos de los que tanto se habla", aunque añadió que en cualquier caso, considera que "España es lo que es más allá del nombre que le pongamos, la realidad se impone sobre las palabras e incluso muchas veces sobre los proyectos".

Monseñor García Aracil recordó que la realidad cristiana de España "tiene fuerte huella" ya que data desde el comienzo del cristianismo, "y otra cosa es el trato que a la institución Iglesia se le de en un momento determinado de la vida política, y esto ha tenido muchas manifestaciones, de una forma o de otra", afirmó.