Extremadura tiene cuatro veces más superficie arbolada por habitante que el resto de España (1,78 hectáreas por persona frente a 0,4) y tres veces más de lo que disfruta de media cualquier habitante de la tierra. Este es uno de los muchos datos recogidos en el avance de resultados del informe Situación de los bosques y del sector forestal en España , elaborado por la Sociedad Española de Ciencias Forestales y dado a conocer recientemente.

En él se pone de manifiesto no solo el cuantioso patrimonio forestal que hay en la región --el mayor per cápita de toda España --, sino también el buen estado en el que se encuentra. "La situación de los bosques extremeños es, en general, positiva", indica Alvaro Picardo, vocal de la Sociedad Española de Ciencias Forestales y uno de los autores del informe. Como ejemplo de ello pone que entre 1975 y el 2009 se han ganado 700.000 hectáreas de terreno arbolado, "lo que es una barbaridad". A nivel nacional, el incremento ha sido en ese mismo periodo de 6,4 millones de hectáreas, una subida que, en buena medida, se ha debido a "la reducción de la carga ganadera y al abandono de determinados cultivos agrícolas", aclara Picardo.

Esta nueva superficie de arbolado hace que los extremeños sean en buena medida bosques muy jóvenes, ya que "muchos están en su etapa infantil , teniendo en cuenta que la edad biológica de los bosques es un tercio de la humana". Una juventud que también se combina con una considerable dosis de veteranía: Extremadura es, tras Castilla y León, la comunidad con mayor número de árboles gruesos, aquellos que tienen más de 57,5 centímetros de diámetro. "los que no puede abarcar una persona".

El estudio considera bosque las zonas con al menos un 10% de su superficie cubierta por árboles --por sus copas--. En total, la superficie arbolada suma en la región 1,9 millones de hectáreas, casi la mitad de todo el territorio extremeño, y la cifra de árboles alcanza los 592 millones.

La dehesa supone más del 50% del territorio arbolado extremeño y aporta casi la mitad de la superficie adehesada de toda españa. Precisamente, detrás de este dato está el que la región sea la que, proporcionalmente, tiene menos superficie forestal sometida a planes de ordenación. "La gestión de la dehesa ha sido modélica a nivel mundial, pero la han llevado a cabo los propietarios, sin que se haya plasmado sobre el papel, en planes agroforestales, algo que tanto las asociaciones de propietarios como el Gobierno autonómico deberían hacer", sostiene este experto, que considera que una mayor ordenación podría evitar en un futuros problemas como el desarbolado.

Déficit forestal

Hasta aquí los datos positivos, porque el informe también incluye algunos parámetros en los que la región no sale tan bien parada. Por ejemplo, Extremadura está a la cola en inversión pública por hectárea forestal, con 11,7 euros por hectárea, frente a una media nacional de 31 euros. Sin embargo, además del grado de atención a los bosques, el estudio también tiene en cuenta el esfuerzo fiscal que realiza cada región a través de otra referencia, la de la inversión por habitante. Y aquí Extremadura sí que supera el promedio (29,6 euros por 18,7).

El Plan Nacional Forestal establece el nivel adecuado de inversión para el conjunto de España en 31,5 euros por habitante y en 52 por hectárea. Por tanto, en el primero de los casos, Alvaro Picardo resalta que la comunidad autónoma apenas tendría que aumentar su esfuerzo. El resto de fondos que permitieran alcanzar el segundo objetivo cree que deberían aportarse mediante un "fondo solidario" que permita cubrir el déficit de inversión que sufren algunas regiones (el extremeño, con 110,6 millones de euros, sería el mayor de España). "Otras regiones tienen los bosques sobreatendidos ", indica Picardo, que considera que igual que se quiere gravar con un impuesto verde la emisión de CO2 a la atmósfera, también habría que pensar en repartir lo que se obtenga entre las regiones que más contribuyen a retirarlo de ella. "Extremadura sería la que más recibiría", concluye.

El estudio revela además que Extremadura es la tercera autonomía con mayor número de territorio forestal afectado por incendios, y una de las que menos medios aéreos tiene para combatirlos. "El problema es el mismo, la falta de recursos", dice Picardo.