La felicitación de Navidad de los empleados de la empresa de Liman fue durante los años 90 un grabado de Wolf Vostell.

El artista alemán era amigo del empresario y este le había encargado que diseñara una obra que sustituyera a los tradicionales christmas navideños.

Eran los últimos años del artista, que murió en Berlín en 1998, y aquellos motivos de la celebración religiosa ya no evocaban al combativo creador que en los años 60 había desarrollado una obra política, fuertemente crítica con la sociedad de su tiempo.

Entonces, en aquella década, la de la guerra de Vietnam, la de las manifestaciones estudiantiles, la del terrorismo en Europa, la de la emergencia de la sociedad de consumo, Vostell había tomado postura.

Es posible contemplar el recorrido que hizo desde esa época hasta el final de su vida en la exposición Wolf Vostell. Impresiones , dedicada a la obra gráfica de este creador, que vivió una parte de su existencia en Extremadura. El Museo Vostell Malpartida (MVM), a 12 kilómetros de Cáceres, acoge hasta junio una muestra de 158 estampas y grabados, más dos libros, que proceden del Archivo Happening Vostell, cuya sede está en el propio museo.

ENTORNO La exposición, que coincide con el décimo aniversario de la muerte del artista alemán, llega al centro de arte después de haber sido vista en la Städtische Gallerie Villa Zanders, en la localidad alemana de Bergisch Gladbach en el 2005, y en la Kunsthalle Bremen en el 2006.

La obra gráfica es una faceta poco conocida de la actividad de Vostell, más popular por sus obras de gran formato, sus esculturas monumentales o sus intervenciones al aire libre, de las que es testigo el entorno de los Barruecos, donde está el museo. Este es una de las referencias del arte fluxus, que Vostell impulsó junto a otros artistas.

El trabajó, sin embargo, en los grabados durante toda su vida. "No era para él una labor al margen de lo que hacía en cada momento", afirma el director del MVM, José Antonio Agúndez. "Sigue el ritmo de sus periodos creativos de los años 60 hasta los 90". Vostell había adquirido destreza en el arte del grabado y la impresión durante sus años de estudiante. Había trabajado en varios talleres gráficos alemanes y a principios de los 60 fue maquetador y diseñador de un semanal de información general, al que aplicó el diseño de páginas de gran formato con fotografías de amplias dimensiones.

Y es a partir de esta fecha cuando su mirada hacia la realidad empieza a plasmarse en los grabados. "Sus temas están pegados a la actualidad", comenta Agúndez.

La guerra de Vietnam, los ecos de la Segunda Guerra Mundial, que él vivió durante la infancia, inspiran algunos de los grabados de esta exposición. En ellos aparecen alambradas de campos de concentración y fusilamientos dispuestos según el dé-coll/age . Esta técnica permite que varios planos se superpongan en el mismo cuadro: fotografías, objetos... que apuntan a la coexistencia de diversas realidades en un mismo momento.

"No solo sucede la vida cotidiana sino otras cosas en otros lugares. Vivimos el consumo y justo al lado existen campos de concentración. Vivimos las Olimpiadas y a la vez se tortura", explica José Antonio Agúndez.

TELEVISION El "peso atroz" de los medios de comunicación y la sobreinformación que difunden es otro de los asuntos que plasma Vostell en estos grabados. Así aparece en uno de ellos una televisión sobre el puente Karlos de Praga.

Otras obras afrontan Mayo del 68. Sobre este hecho, que también ocurrió en Alemania, creó una estampación de papel que reproducía una portada de periódico, en la que se ve una joven herida en la cabeza.

Compuesta como si se tratara de un rollo de papel para empapelar las paredes, el propio Vostell intentó venderlos en la universidad a los estudiantes para que empapelaran sus habitaciones. "Pero no tuvo mucho éxito", comenta el director del MVM.

¿Por qué eligió el grabado como medio de expresión? Según Agúndez, como esta obra expresa su compromiso social, utilizar un material como el papel, que puede reproducirse, permite que su mensaje llegue a más gente.

Y este mensaje, además, está construido con imágenes de la propia realidad, como Only the one , que Vostell crea a partir de la famosa fotografía del asesinato de un vietnamita (del norte) a manos de un jefe de policía también vietnamita (del sur) atado con las manos en la espalda de un tiro en la cabeza.

La realidad es que las tiradas de muchas de estas obras, sin embargo, fueron reducidas en esos años. De algunas de ellas, apenas salieron diez piezas.

Posteriormente, según la demanda, esas tiradas fueron incrementándose hasta 100 o 150, señala Josefa Cortés, autora de una tesina sobre la obra gráfica del creador alemán y técnica del MVM.

HISTORIA El Vostell de los 80 y 90 reduce los formatos de sus grabados, recurre a otras técnicas (litografías, aguatintas) y alterna diversos asuntos.

Pero junto a obras, digamos menos comprometidas, como sus grabados sobre la mujer, la irrupción de la Historia le estimula y de inmediato se pone a trabajar. Sarajevo y Quien esté libre de pecado responden a ello. Esta última fue concebida poco después de la caída del muro de Berlín. Representa una fotografía que publicó Diario 16 de gente paseando en las proximidades de la puerta de Brandenburgo. Sobre ella, Vostell estampa una pedrada que estalla en rojo. ¿Qué indica este gesto? "Tal vez que la culpa de la separación de las dos Alemanias recae en ambas", afirma Josefa Tirado.