El arzobispo de Mérida-Badajoz, Santiago García Aracil, considera que la concentración en defensa de la familia cristiana celebrada a finales de diciembre en Madrid no ha agradado al Gobierno y que "los políticos cuando escuchan cosas que no les gustan intentan defenderse". Además, subraya que "nunca la opinión de unos cuantos representa a la totalidad, aunque es muy significativa la presencia de un millón y medio de personas en la convocatoria del día de la familia para estimar la importancia que tiene una palabra dada". Según informa la agencia Europa Press, García Aracil comenta que entiende que "los políticos, cuando oyen cosas que no le gustan, tienen que defenderse utilizando las armas que tienen a su alcance y consideran válidas aunque no tengamos todos el mismo criterio". Al respecto, utiliza el aforismo latino que expresa que "el que se defiende sin ser atacado manifiesta que ha obrado mal" y, en ese sentido, incide en que "la iglesia tiene una libertad que no la tienen los políticos, superior a los partidos políticos y por tanto puede hacer sus manifestaciones con la iniciativa particular que puede haber en su origen porque no fue una convocatoria de todos los obispos de España, fue una iniciativa de unos cuantos grupos seglares a las que se unieron unos cuantos obispos". En cuanto a esta opinión, el arzobispo cree que "estas realidades de libertad de expresión que todavía parece ser que no es aceptada por todos, porque se quejan de lo que otros dicen, pues tiene que ser aceptada y en la Iglesia sí existe". García Aracil realiza esta declaraciones en Villafranca de los Barros, donde ha participado en la XXVIII Convivencia del Presbiterio de Mérida-Badajoz.