Ni están implantadas ni generalizadas, pero las políticas de igualdad en el seno de la empresas extremeñas no son ninguna novedad. Lo cierto es que desde hace unos años algunos negocios han visto la necesidad de adoptar medidas para limar las diferencias laborales, sociales e incluso contractuales que puedan existir entre sus trabajadores y trabajadoras. Y ese es precisamente el cometido de Isabel Navarro y Prado Pérez, licenciadas en Derecho por la Universidad de Extremadura y responsables de una asesoría de empresas especializada en asuntos de igualdad de género.

"Preferimos que nos identifiquen como agentes de igualdad de oportunidades", explica Isabel. De hecho, un curso de formación bajo ese título fue el germen de lo que ahora es Renovatex Igualdad, una asesoría con sede en Cáceres que presta servicio en toda la comunidad autónoma. "Fue aquel módulo el que nos abrió los ojos. Vimos el potencial que tenía el tema, ya que desde la Unión Europea ya se venían exigiendo este tipo de medidas, y decidimos constituir nuestra propia asesoría especializada", añade.

Desde entonces --hace ya unos cinco años-- no les ha faltado trabajo. Por una parte, funcionan como red de asesoramiento sobre la perspectiva de la igualdad de género en el lugar de empleo, y por otro desarrollan una extensa labor formativa. "Impartimos charlas, talleres y cursos de formación para hombres y mujeres, tanto para empresas como para organizaciones y asociaciones", apunta.

Ahora la nueva ley de igualdad, que entre otras cosas obligará a las empresas de más de 250 trabajadores a negociar con los sindicatos la implantación de planes de igualdad, les abre nuevas puertas. Así lo admite Prado: "Las expectativas son grandes, porque con esta legislación las necesidades serán más tangibles y el tema va a llegar a más gente, es decir, creemos que los empresarios serán más receptivos". Por eso esperan una lluvia de consultas en los próximos meses, ya que hasta ahora la mayor parte de los servicios que les demandaban procedían de proyectos concedidos en la región por la UE, "que exige condiciones de igualdad entre los trabajadores desde hace años".

En este sentido, reconocen que la preocupación por la discriminación sexual en el trabajo aumenta, aunque queda mucho camino por recorrer. "La percepción va cambiando, pero una cosa es lo que te muestran cuando llegas y otra la que compruebas cuando ahondas en la situación laboral dentro de la empresa. El objetivo de la igualdad es aún un reto lejano", admiten. Es más, según Prado, "se habla de igualdad de derechos, pero las mujeres no tienen las mismas oportunidades que los hombres, tienen más dificultades".

Ante esto, Prado subraya que la ley aprobada por el Senado el pasado miércoles "es un paso importante", incluso la tachan de"revolucionaria"; aunque le ponen peros: "Está muy bien como primer paso, pero es muy amplia y necesita reglamentos que la desarrollen y la completen. Ahora es necesario acertar con las medidas que la hagan efectiva y amplíen sus objetivos".