El número de clubes de alterne desciende en Extremadura, mientras que la cifra de mujeres que se prostituyen en domicilios particulares se incrementa. De las 2.000 mujeres que ejercen la prostitución en la región, tres de cada cuatro bajo presión o engaño, 1.500 lo hacen en clubes de alterne y 500 --200 más que el pasado año-- en viviendas.

Así informó ayer la delegada del Gobierno en Extremadura, Carmen Pereira, tras la reunión de la Junta Regional de Seguridad de septiembre. Pereira añadió que la incidencia de las mujeres que en Extremadura se prostituyen en la calle es mínima y se da fundamentalmente en los núcleos urbanos más grandes. En estos casos "suelen ser víctimas de alguna dependencia, politoxicómanas".

Durante el encuentro que mensualmente mantiene Pereira con responsables del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil, se abordaron, entre otros temas, las medidas de actuación dentro del Plan Integral de Lucha contra la Trata de Seres Humanos con Fines de Explotación Sexual aprobado en diciembre por el Gobierno español.

OTRA OPORTUNIDAD En el marco del Plan de Trata, a las prostitutas a las que mafias o redes explotan sexualmente se las va a considerar como víctimas de esta forma de violencia de género. Como novedad, explicó Pereira que tanto a las que sean detenidas como a las que acudan a denunciar su situación se les dará un período de 30 días para que "reflexionen" y decidan si colaboran con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la desarticulación de las redes, recibiendo además la asistencia social precisa, o si vuelven a su país.

Los servicios sociales juegan aquí un papel esencial con proyectos como Asteria, que la directora del Instituto de la Mujer de Extremadura, María José Pulido, presentó ayer a responsables de Guardia Civil y Policía Nacional. El proyecto se centra en asistencia y protección de las víctimas; incremento de formación de personal policial, sanitario y de Justicia; y sensibilización.