Los problemas para dar clase, las faltas de respeto y los insultos de los alumnos son las principales denuncias de los profesores, que alertan de un repunte de los conflictos y agresiones protagonizados por los padres de los alumnos. Así se recoge en el Informe del Defensor del Profesor 2014-2015 elaborado por el sindicado del profesorado ANPE. El estudio urge un cambio de actitud de las familias respecto a la autoridad y la dignidad de los docentes.

Este servicio lleva diez años de funcionamiento en Badajoz y siete en Cáceres y aproximadamente el 50% de las llamadas recibidas en toda la región corresponden a profesorado de Educación Primaria; un 25% a Secundaria; 8% a Educación Infantil; 4% a Formación Profesional Básica; 4% a la universidad; y otro 4% al resto de enseñanzas.

En cuanto a la tipología de los casos atendidos, destacan las faltas de respeto; problemas para dar clases, insultos de los alumnos, acoso y amenazas de padres, faltas de respeto e insulto de padres, acoso y amenazas de alumnos, dificultades con los compañeros o presión para modificar notas. Denuncias de padres, conductas agresivas de los alumnos hacia sus propios compañeros, no aplicación del decreto de convivencia y problemas administrativos con la dirección son otros asuntos denunciados a este figura dependiente de ANPE.

PATOLOGIAS Otros datos del estudio, se centro en el estado anímico del profesorado: el 92% sufre ansiedad y el 58% padece estrés. Además hay un 8% que está de baja debido a esta situación y que un 4% llega a padecer depresión.

Por ello, ANPE reclama a la autoridad educativa que se cumpla y haga cumplir la normativa vigente en materia den convivencia escolar, amparo legal a los profesores y cambios en el modelo educativo. También demandan asistencia psicológica a los profesores que hayan sufrido alguna de estas situaciones, formación para resolver este tipo de conflictos y que los padres se responsabilicen de las educación de sus hijos y colaboren con los docentes, una tarea que se considera irrenunciable. "Demandamos también una actitud política y social de valoración y respecto al profesorado. ANPE pide para los docentes, en todo el Estado, la consideración de autoridad pública en el ejercicio de su función.